Jalisco, gallinero de la república

Gustavo Monterrubio Alfaro

Parte II

Si Omar García Harfuch hubiera sido el candidato a gobernar la Ciudad de México,
habría arrasado, como arrolló a Clara Brugada, con más del 20 por ciento de ventaja
y se habría convertido en el candidato natural de Morena y aliados a la presidencia,
en el 2030. Este caso necesariamente tuvo que ser acordado entre Claudia y
Andrés. A este amigo, además del perfil policíaco se le vinculó con Guerreros
Unidos, uno de los actores en la desaparición de los 43 de Ayotzinapa, por ende, era
peligroso en la presidencia, pero útil en la secretaria de seguridad federal; no
obstante, no ha sido conjurado el riesgo de que pudiera convertirse en el García
Luna de la 4T, no es Genaro, pero es García, nomás le falta lo Luna. Ja ja ja.
Su padre, Javier García Paniagua, fue vetado también para ocupar el más alto cargo,
por su perfil policíaco y los vínculos que mantenía con el bajo mundo del crimen.
Este affaire habría terminado entre airados reclamos, bofetadas y disparos, López
Portillo fue el objetivo de la querella.
El caso de Carlos Lomelí, pudo ser tratado por el presidente del partido o Andrés o
Claudia o entre los tres, para evitar que contendiera por la gubernatura y se
convirtiera en otro narco gobernador; es menos dañino en el senado, porque ahí se
puede entretener levantando el dedo y presentando iniciativas de ley.
Un diputado plurinominal morenista se ha declarado independiente, antes incluso
de jurar el cargo, Emmanuel Alejandro Puerto Covarrubias, que también fue regidor
en Zapopan, y pertenece a la mafia de Lomelí; supuestamente se disgustó porque
no le dieron la coordinación de Morena en el congreso local, y afirma que se
dedicará a “representar las causas de la gente en el Congreso y a reconstruir el
movimiento obradorista en Jalisco.” (Milenio. 24 10 2024 13:32:54)
Algunos opinarán que es un arrebato juvenil de un novato, yo creo que es más bien
una treta de Carlos Lomelí, para atraer y cooptar a los grupos disidentes que se han
estado organizando, al margen de la cúpula local y nacional, para presionar a la
dirigencia y ser tomados en cuenta.
¿Es posible construir un partido nuevo con esta clase de sujetos? Es obvio que no.
Desde que le concesionaron la franquicia a Lomelí, Morena hiberna durante los
intervalos electorales y despierta cuando comienzan los preparativos comiciales,
sólo para imponer, negociar, vender candidaturas, sinecuras, prebendas y
privilegios, al mejor postor, al socio, al lacayo, al aliado político, sin consultar ni a
su conciencia.
Ilusos morenistas esperan que con la imposición en la dirección nacional de Luisa
María Alcalde Luján, ahora sí tomen en cuenta a la “pedacera”, así se referían en la
FEG a los militantes, tal vez ignoran que el problema no es de personas, es
estructural, quien sea impuesto en ese cargo operará como es costumbre: deberá
escuchar las “sugerencias“ de la gran electora, tendrá que lidiar con las mafias que
tienen cooptados los órganos de dirección nacional, con los propietarios de las
franquicias estatales y municipales, con el sinnúmero de tribus o grupos que se
agitan en su seno, con las concesiones y negociaciones con los aliados, con los
poderes fácticos y hasta con el diablo, de ser necesario.
Los militantes seguirán desempeñando la modesta labor de talacheros, para que
los señoritos y señoritas de la burguesía morenista no se ensucien las chanclas ni
se esfuercen en conseguir votos, porque para eso están los explotados obreros
morenistas, claro, todo se hará en nombre de la 4ª Trasformación, del eslogan no
robar, no mentir, no traicionar, del amor al pueblo, de la soberanía y sabiduría
popular, y del supremo poder que dimana del pueblo.
En el otro tema, el educativo, la UdeG ha sido refractaria al cambio, desde 1951 en
que Carlos Ramírez Ladewig inauguró el cacicazgo universitario, simplemente
traspolando los tres vectores del sistema político priísta: clientelismo,
patrimonialismo y corporativismo, continúa inmutable hasta el día de hoy.
Con una diferencia notable, Carlos Ramírez, nunca permitió que un porro,
analfabeta funcional y corrupto escalara al máximo cargo universitario, todos los
rectores que impuso o los negoció, eran probos, destacados y reconocidos
profesionistas, y aquéllos que ordenaron su asesinato, lo único que lograron, no fue
democratizar la vida universitaria, como argumentaban, sino abrirle la puerta a la
canalla de delincuentes, corruptos y analfabetas funcionales, que en cuanto
tuvieron el control, hincaron sus dientes, sin compasión, en la institución.
Zambrano Villa inauguró la decadencia de la institución que continúa hasta la
fecha, pasando por Enrique Alfaro Anguiano, Raúl Padilla López, hasta Ricardo
Villanueva, cuando a punta de pistola, poco dias después de cumplirse un mes del
asesinato de Ramírez Ladewig, un aciago 15 de octubre de 1975, obligó a Rafael
García de Quevedo Palacios, último rector decente, a dimitir. Ese delincuente fue
rector ocho años, dos que le faltaban a éste, más los seis oficiales.
Carlos Ramírez Ladewig podía ser un cacique frío y calculador, y padecer episodios
de psicosis, por un déficit de litio que padecía, pero no permitió que la UdeG fuera
tomada por fegosos, porque me informaron que aplicaba una máxima plausible:
político qué quiera entrar a la universidad, a la cola, y a la inversa, académico que
quiera entrar a la política, a la cola, o sea, zapatero a tus zapatos. Este aforismo se
esfumó con su asesinato.
Con la llegada de Zambrano, funcionarios y docentes con trayectoria profesional
reconocida, honorables, mexicanos y extranjeros, y en algunos casos autores de
obras que eran textos obligatorios en ésta y otras universidades, fueron sustituidos
por gorilas fegosos, gatilleros, parásitos, analfabetas en stricto sensu, corruptos y
serviles. No pocos renunciaron a sus nombramientos porque se sintieron
humillados y ultrajados en su dignidad y persona.
Lo que urge en la UdeG, es una reforma profunda que recupere la institución para
que sirva realmente a la sociedad y no a una camarilla de porros, analfabetas
funcionales y corruptos que la tiene secuestrada y se ha convertido en una
auténtica camisa de fuerza, que impide el sano desarrollo de la institución para que
prive la triada: docencia, investigación científica e irradiación de la cultura, por
sobre la grilla, la simulación, la corrupción, la complicidad y la improvisación.
El control que la ganga tiene sobre la UdeG es falsa, se limita al presupuesto y la
nómina, porque sobre la comunidad universitaria no tiene ninguna influencia, baste
el ejemplo siguiente: dos partidos propiedad del ex cacique fugado, terminaron en
el basurero de la historia: el PRD que le fue concesionado y el que creó, Hagamos,
de efímera trayectoria, pues apenas sobrevivió menos de cuatro años. Si el control
sobre la comunidad universitaria fuera real y no un mito, es obvio que estos
negocios no habrían desaparecido, por el contrario, seguirían competiendo con los
partidos de mayor presencia, por los cargos de elección popular.
Por otro lado, el profundo y amplio repudio social hacia la mafia udegeísta, que se
concentraba en RPL, y se extiende a los cachorros: Trino, Tonatiuh, Alfredo y
Ricardo, nadie lo ha explotado en su favor, salvo Enrique Alfaro Ramírez, quien ganó
votos que fueron decisivos en los triunfos que obtuvo, desafiando a Padilla, en una
riña real o ficticia, pero le funcionó. Una alianza política con la mafia universitaria
es inevitablemente negativa, de suma cero.
Estimo que la base social en la que se sustenta la camorra udegeísta, ronda los dos
mil miembros, entre burócratas, estudiantes, profesores, títeres gremiales y
aspirantes a obtener algún cargo gremial o burocrático, podría extenderla a
alrededor de cinco mil, contando a los seguidores de éstos.
Si Claudia Sheinbaum asiste a la FIL, estará convalidando los latrocinios, el saqueo
impune, la perversión de la segunda universidad del país, el gravísimo daño que le
a causado al patrimonio universitario, a los jóvenes que no tienen otra alternativa
que la UdeG, al prestigio de la misma, pero sobre todo, será cómplice de los
agravios, ataques y maniobras para perjudicar a quien la designó en el cargo que
ocupa.
Mientras la Universidad de Guadalajara siga siendo botín de la mafia que la tiene
secuestrada, está asegurado el éxito para vivir en el atraso científico y tecnológico.