Sirenas en otoño
Dios hizo la Luz para regocijar el corazón.
Una tarde de otoño han llegado a sentarse bajo el brazo fangoso del río,
húmedas e inseparables semillas …Dispersas en sacos retoñan…
Cabalgan instantes de luna.
Un niño juega a colgar estrellas.
Sitiado por agua… Sitiada mi epidermis veo peces esconderse tras algas, anchuelas, jaramagos …. Tejen río, encienden lunas.
Sonríen destellos, titilan cantos de sapos…
Insospechable neblina.
Baila la rueca de paces en hondo río…
Ha dicho los secretos en la arena y fondo.
En la orilla cruzó hondo cristal de río una piedra.
Raspándose en instantes de tiempo, agua prodigiosa añil, collar de azogados ojos.
Del estadio, brillar crepitante en grietas del tiempo, y agua ocre desorbitada.
Peces mutantes, goces opacos, donde— Nace la vida; nuevamente durmientes estrellas de mar…
Ventanas escondidas del templo sumergido.
Dan impulso al viento, ola ansiosa de volver a la orilla; ascendiendo en el espiral del olvido, recuerdo….
Columna de aire, vértigo al encarar la eternidad del día…
Fragmentos de haces de Luz, cuál luciérnaga en otoño…
Escucho mi voz… Entre escamas y piel rugosa
galopa el agua de río al mar…. Vaivén de algas.
A la altura de mi piel, cerca de su vientre sus cuerpos ágiles se encienden… Cuáles sirenas blancas, estatuas de llanuras y estepas no conquistadas, cubren su cuerpo, pezones, sexo…. Huyen siempre en las fisuras de oscuridad…. Son, han Sido piel viva de labios y coral en colores de la estela dejados en mi mano… Escamas color esmeralda olivo impregnadas…. Corrijo mi obstinación de atrapar a Silenia.
Comienzo la navegación, suelto amarras si sirtes ni ancorajes.