NO DES EL CORAZÓN
No des el corazón… lo puedes perder.
En férvida caricia provocada por un beso,
o sonrisa en suaves labios de enamorado.
Eres isla desierta, trémula caricia prisionera,
inhabitada, el sol no toca con sus fúlgidos destellos…
tu nítida piel.
No des el corazón lo puedes perder.
En alucinada hora de caricias, en furtivos escarceos.
Si apuestas a la suerte,
perderás el corazón,
en noche de amor y sueño.
No te entregues en voces calladas;
se pegan los labios.
Mis manos recorren las tuyas
en caricia secreta.
Se ilumina tu mirada soñadora.
No des el corazón… en la hora del ansia,
en hora silenciosa… lenta,
triste o callada; lo puedes perder.
Atempera el movimiento y.
forma tu silueta:
Polvo, aire, soplo, canto,
música de viento.
No des el corazón…
a cambio de un medroso verso
escrito apresurado; lo puedes perder.
Te descubro cada día,
en cada hoja
que deshoja el tiempo.
No des el corazón…
Hasta encontrar el amor…
Llegará el silencio, en espuma,
en espejo
En tiempo de arena,
al borde del umbral del sueño.
Con frases sucesivas…
interminables palabras de amor.
Llegará tu cuerpo discreto,
a tu mar sin surcar,
a los barcos perseguidos.
Cubrirá la cariátide de tu silueta,
el ubérrimo manantial
donde fluye vida.
Lejos de la amaritud de la existencia,
del acíbar de palabras pronunciadas,
como venablo.
¡Sólo entonces… entrega el corazón!