Florilegio
Me ha nacido una flor en las manos.
No son las manos del «Dulce Milagro» de Juana de Ibarboru.
De hinojos en la savia de estrellas
casi danzo con mis ajorcas en tobillos y muñecas
intensa danza, de intensidad y florilegio.
Eternidad de siglos.
Intersticio, levitante recuerdo de sentir,
horizonte de memorias,
placer en contraste de palabras en oración.
En perdidas estancias.
La sombra me enmarca y rememora.
Antiguo ritual nostálgico evoca pasado y futuro.
Amanecer de rosas, flores, colores.
Te convoco en la memoria,
de hinojos con mis ajorcas, pulseras sirgos.
En las voces que el viento lleva, calla.
Al nacer una flor en mi mano,
al nacer un insecto.