Hilda Maza Ugalde. Por más de 20 años se desempeñó como Analista de Negocios y asistente ejecutiva en Oracle de México. Fue especialista en Ventas. Es aficionada a la danza folclórica (huapango) y miembro del Taller de Danza Árabe de la maestra brasileña Roberta Perraro. También es graduada y practicante del método Silva, en el área de Desarrollo Humano.
Actualmente, Hilda participa en el Taller de Arte y Escritura Creativa Miró, dirigido por el profesor Miguel Barroso Hernández, en Veracruz. Incursiona en el mundo de la pintura y la literatura, descubriendo sus talentos.
Solo una mirada
Cada mañana te observaba solo, sentado a las afueras de la Alcaldía Benito Juárez en la Ciudad de México. El cuerpo encorvado y la piel agrietada, lastimada, sucia: delatando los años de abandono. Las uñas, extremadamente, largas; el cabello entrecano, cayendo hasta tus hombros; la ropa rasgada y mal oliente: denotaban la apariencia de la miseria extrema.
Siempre ignorado o señalado, en silencio, por los transeúntes. Pocos, como yo que paseaba a mi perra alrededor de la plazuela y te veía a diario, se preguntaban: ¿quién eres? / ¿cómo terminaste así? / ¿cuál es tu nombre? / ¿dónde están tus seres queridos? En el fondo, me dabas miedo y prefería no saber. Pero aquella mañana lluviosa de verano tus ojos, muy negros, se encontraron con los míos y, sin necesidad de palabras, hablaste:
“No tengas miedo, No importa mi nombre, ni de dónde vengo o el por qué… Soy un ser humano y, quizás, solo necesito ayuda…”
Llegué temblando a casa y pensé en ti todo el día. “Tomaré acciones para ayudarte”: decidí y me sentí feliz y entusiasmada. Al día siguiente fui a buscarte y ya no estabas. Le pregunté a un guardia si te había visto y su respuesta aún resuena en mi conciencia: “lo encontramos, esta mañana, ya sin aliento”.