Hilda Maza Ugalde. Por más de 20 años se desempeñó como Analista de Negocios y asistente ejecutiva en Oracle de México. Fue especialista en Ventas. Es aficionada a la danza folclórica (huapango) y miembro del Taller de Danza Árabe de la maestra brasileña Roberta Perraro. También es graduada y practicante del método Silva, en el área de Desarrollo Humano.
Actualmente, Hilda participa en el Taller de Arte y Escritura Creativa Miró, dirigido por el profesor Miguel Barroso Hernández, en Veracruz. Incursiona en el mundo de la pintura y la literatura, descubriendo sus talentos.
Diagnóstico
El reconocidísimo doctor Anchoveta, quizás, podía ayudarme a controlar la ansiedad que empezaba a sentir todos los días justo al salir de mi trabajo.
—¡Buenas tardes! ¿Señora del Mar?
—¡Sí! Soy yo…
—Por favor, tome asiento y en unos minutos será atendida —aseguró la chica de recepción.
El cuadro enorme, en la pared de la sala de espera, llamó mucho mi atención. Era una pintura abstracta y el desorden de colores y formas me inquietaba. De pronto, los largos trazos en tonos de azules y blancos se desbordaron del lienzo, como ola enfurecida, arrastrándome a una playa hermosa. Sintiendo la espuma del mar a mis pies, respiré profundo y exhalé relajada.
Cuando el terapeuta apareció, vistiendo una bata de color verde intenso, involuntariamente, regresó la tensión corporal que lleva meses agobiándome y sentí manojos de algas enredándose en mis piernas. Me levanté, para seguirlo al consultorio, pero me costaba trabajo caminar.
—¡Siéntese! —indicó Anchoveta que ya había detectado la ansiedad y colocó en mis manos una botella de agua que sacó del servibar. Beber no ayudó mucho, pero sí la caída de arena del antiguo reloj sobre el escritorio. Al fondo, el ir y venir de los peces de colores, en una pecera, armonizó el diálogo que sostuve con el famoso terapeuta.
Después de hablar un par de horas, Anchoveta sonrió satisfecho. Sacó un block de recetas, escribió algunas líneas y me entregó el papel donde leí el tratamiento:
Vacaciones, con sus seres queridos: 3 veces al año (sin suspender).
Viva Aerobus, directo a Cancún: por 15 días.