Victor de Regil
Algo pasa con algunos destacados miembros de Morena en Puebla, pues ni siquiera porque el propio Alejandro Armenta, su líder, el primer morenista del estado de Puebla, ya hizo lo propio, y también los integrantes de su círculo cercano, como el jefe de Gabinete, José Luis García Parra, y el coordinador de Comunicación Social y Agenda Digital, José Tomé Cabrera, son legión los presidentes municipales y diputados locales y federales que se siguen resistiendo a afiliarse oficialmente al partido que los llevó al poder.
Desde inicios de 2025, hay una campaña nacional de afiliación masiva, impulsada desde la cúpula del poder, y la meta para Puebla no luce nada fácil: 500 mil nuevos credencializados para diciembre próximo.
Sin embargo, ediles y legisladores que fueron candidatos por Morena o en coalición con el PT, PVEM, Nueva Alianza y Fuerza por México hacen como que “la virgen les habla”.
No han entendido la relevancia estratégica que encierra el hecho de que Morena empadrone este 2025 a nivel nacional a 10 millones de nuevos militantes, es decir, que dejen de ser meros simpatizantes y se sumen formalmente a las filas del partido en el poder.
Paradójicamente, hasta hoy, ha habido mejor respuesta en Puebla en la estrategia “casa por casa”, principalmente con beneficiarios de programas sociales, que en quienes hoy gozan de las mieles del presupuesto gracias a la marca Morena y al alto nivel de aprobación con que terminó su sexenio el ex presidente Andrés Manuel López Obrador.
Un ejemplo: de los diputados locales, sólo Pavel Gaspar Ramírez, Julio Huerta, Floricel González Méndez y Andrés Villegas Mendoza están afiliados a Morena.
Tan grave es la situación, que en días pasados, a iniciativa de la presidenta del Congreso, Laura Artemisa García, la dirigente estatal y el delegado del partido, Olga Romero Garci-Crespo y César Adi, respectivamente, encabezaron una reunión con los legisladores que aún no se han afiliado, para exhortarlos a hacerlo “lo más pronto posible”.
Se espera que en los próximos días, pasen de las palabras a los hechos, e inicien y finalicen su proceso de afiliación.
Si no por asepsia política, sí, al menos, por agradecimiento al partido que los o las ayudó a llegar a la Cámara de Diputados, en el entendido de que muchos de ellos y muchas de ellas ganaron su elección a pesar de si mismos o mismas, montados en la ola lopezobradorista, casi sin hacer campaña y apenas invirtiendo unos cuantos pesos en ella.
Donde más problemas ha habido es con los presidentes municipales, muchos de ellos totalmente omisos hasta hoy a los insistentes llamados que se les han hecho desde su dirigencia para que ellos y los integrantes de sus ayuntamientos se afilien a Morena.
Incluso, se sabe que existe una “lista negra”, de 30 alcaldes y alcaldesas que siguen negándose a afiliarse a su partido. Entre ellos destacan Alejandro Barroso (Tehuacán), José Severiano de la Rosa (Amozoc), Juan Manuel Téllez (Tlatlauquitepec), Vicente Sánchez (Calpan), Isaac Rodríguez (Esperanza), Fidel Flores (Oriental), Guadalupe Lucero (Acatlán), Fernando Amigón (Chila de la Sal), Javier Vázquez (Huatlatlauca) y Marubet Meza (Tulcingo).
En el armentismo no ha caído nada bien la actitud de quienes siguen rechazando sumarse al padrón de militantes activos de Morena. Puebla tiene el compromiso de aportar 500 mil nuevos morenistas y, si bien faltan muchos meses para el fin del plazo, llegar a la meta, se ve cuesta arriba, sobre todo si los liderazgos del partido no ponen de su parte.