Gonzalo Valenzuela. El miedo, puede ser tu aliado

OASIS

Gonzalo Valenzuela.

El miedo, puede ser tu aliado

 

El que aprende a estar bien estando mal,

siempre estará bien

 

Agradezco al Premio Nacional de Periodismo —1997—, prolífico narrador, ensayista, académico y poeta Hernán Becerra Pino, el haberme permitido compartir el escenario en su conferencia: “El miedo en Bernal Díaz del Castillo”, que se llevó a cabo contra viento y marea, en “Cafété”, la Cafetería Cultural del Puerto de Veracruz el pasado martes 24 de junio a las 18 horas. Gracias a Efrén Rubio por abrir el espacio.

 

La disertación de Becerra Pino exploró el miedo sociológico que se percibe en la obra de Bernal Díaz del Castillo “La Verdadera Historia de la Conquista de la Nueva España”, un tema que le sirvió en su tesis doctoral, basada en la teoría de la recepción literaria.

 

Bernal —dijo— fue una persona que tuvo miedo siempre, lo hirieron con flechas en el hombro, en la espalda, y salió adelante de todas esas heridas, y aun cuando tuvo mucho miedo, estuvo presente en todas las batallas y en sus crónicas narra los pormenores de cada una de ellas, como la de Tepeaca, una de las más cruentas, donde Cortés perdió muchos hombres y ganaron los nativos.

 

Tal vez en Veracruz Bernal Díaz del Castillo no tuvo miedo; es un lugar que él apreció mucho, sacaba poesía donde la hubiera, y le gustó esta tierra de sensualidad, donde los hombres en vez de estar peleando, hacían el amor al aire libre, había mucho sexo y amor. —expresa jocoso.

Dio tiempo para la selfie con el conferencista Hernán Becerra Pino, visualizamos a Roberto Guillermo Cuspinera Durán y a Miguel Barroso Hernández, entre otros.

Desde el punto de vista psicológico el miedo es una de las seis emociones básicas, que alerta de algún peligro —real o imaginario— que amenaza nuestra integridad, luego entonces; es nuestro amigo y aliado para la supervivencia, aunque debe estar equilibrado con la razón, para saber qué actitud, comportamiento o respuesta en la más adecuada en cada situación; atacar, huir o simplemente dejar ir, por tratarse de una falsa alarma.

 

La acción es el mejor antídoto del miedo. El temor es cobarde, huye cuando se reconoce y enfrenta. Cuentan por ahí que: —El miedo tocó a mi puerta, el amor abrió y no había nadie—. A veces se trata de miedos imaginarios, fantasmas que rondan tu mente, sombras que se alimentan de tus dudas y desconsuelos.

 

Cuando alimentas al Amor, el lobo del miedo muere de hambre, ante el implacable mar de acontecimientos que parecieran amenazantes. Entonces crearás milagros; pondrás tu Fe en acción y cruzarás sereno, imperturbable, hacia el logro de tus principales objetivos que den sentido a tu existencia.

 

Hernán Becerra Pino con Pedro Reyes Enríquez, Efrén Rubio, Tonatiuh Valenzuela Blanco, Mario Jesús Gaspar y Gonzalo Valenzuela