Gerónimo Bolado Díaz. Tiene 8 años y estudia primero de primaria en el Green Oaks. Vive en Veracruz y su sueño es ser director de cine.
Le gustan las salchichas, las albóndigas y el espagueti. Disfruta nadar, ver tele, leer y contar historias. En el Taller de Escritura Creativa Miró, impartido por el maestro Miguel Barroso Hernández, el futuro cineasta Gerónimo, ya escribió su primer cuento.
Rigoberto y los murciélagos
Rigoberto Suárez vivía en Mónaco, en una casa enorme y antigua. A pesar de que le gustaban los murciélagos que habitaban allí, los murciélagos no lo querían y lo espantaban constantemente.
Por más que Rigoberto intentaba hacerse amigo de ellos, no tenía éxito. Los murciélagos, por alguna razón, querían la casa solo para ellos.
Entonces, Rigoberto tuvo que solucionar ese problema usando olivo venenoso. Los murciélagos, al oler el veneno, fueron volando a buscar a su mamá. Y es que, precisamente, para la señora murciélago querían la casa de Rigoberto. No intentaron ser amigables con él, porque tenían mamitis.