Es hora de transformar la UDEG

Gustavo Monterrubio Alfaro

La próxima elección de rector en la UdeG se inserta en un contexto inédito en el país, de transformaciones que se creían imposibles, como la del poder judicial, entre otras; no obstante, como siempre, los que gozaban de privilegios, fueros y sinecuras inmorales e insolentes, se resisten a perderlos: los excesos, el boato y dispendio que caracterizó a los altos funcionarios del poder judicial, les fue facilitado por las ingentes cantidades de dinero (presupuesto), sin ningún control, que los presidentes les otorgaban, a cambio de sumisión a los dictados y menesteres de los mismos, entonces, ¿cuál independencia y autonomía invocan?
La mafia udegeísta o grupo UdeG-FEG-FEU, que tiene secuestrada a la segunda universidad del país desde 1951, año en que Carlos Ramírez Ladewig instituyó el cacicazgo que aún perdura, lo heredó su hermano Álvaro cuando aquél fue asesinado, y a éste se lo arrebató, con malas artes, su hijo putativo, un tipo sin escrúpulos, corrupto y corruptor, analfabeta funcional y mesiánico: Raúl Padilla López, el ex cacique fugado, qepd.
Este grupo se distingue por ser refractario a los cambios, se adapta a las corrientes políticas nacionales dominantes, y hacia el exterior coquetea con la izquierda, lo mismo que con la derecha, la ultraderecha, el centro y cualquier arista ideológica que sirva a sus intereses; conserva su estructura interna sin cambios, jugando a ser demócrata, solidario y liberal hacia afuera, y hacia adentro es todo lo contrario; mantiene inalterado el arcaico esquema clientelar, corporativo y patrimonialista. Este es el atípico y disfuncional eje articulador de la funcionalidad interuniversitaria actual.
Por ejemplo, el próximo rector será fémina, porque siendo la moda la paridad de género, la mafia universitaria navegará con la corriente. Y debe imponerse la condición que el próximo rector general y los rectores de centro, no hayan ejercido cargos en la FEG ni en la FEU.
Con el Ancien régime aún vigente en la UdeG, la burocracia prioriza la grilla y los juegos de poder por sobre las funciones sustantivas universitarias: en la docencia improvisa, no hay una política institucional de investigación científica y técnica, las cuales se desarrollan por el esfuerzo personal de docentes y científicos que gestionan recursos y proyectos por iniciativa propia, por ello los productos de ciencia y tecnología son garbanzos de a libra, y la cultura se ha mimetizado deliberadamente con el show business, en virtud que el ex cacique fugado tenía negocios en la farándula y para justificar el gasto institucional y la inversión en teatros y auditorios, algunos teóricos orgánicos udegeístas se han esforzado en convencernos que el concepto cultura es tan laxo que caben en él Paquita la del Barrio y Jessye Norman, los Broncos y André Rieu, la Rosa Salvaje y Guillermo Tell, etc.,etc., etc.
Desde su creación, demostré que la red universitaria tenía fines estrictamente políticos no educativos; el cacique fugado la diseñó de acuerdo a su megalomanía y delirios de poder, aspiraba a ser gobernador y lo intentó, pero fracasó, por eso distribuyó los centros regionales y las preparatorias estratégicamente para cubrir todo el estado, en virtud que éstos servirían de módulos electorales, como funcionan hasta el día de hoy: se movilizan recursos humanos y materiales institucionales para apoyar candidatos de todos los partidos, subsidiados por la mafia udegeísta, y a candidatos salidos de la matriz universitaria: éstos sirven a los perversos fines del grupo universitario para continuar manipulando, saqueando y causando desdoro a la institución, con total y absoluta impunidad.
Con el oscuro asesinato de Héctor Melesio Cuén Ojeda, ex cacique universitario sinaloense, el Congreso de esa entidad impulsó y aprobó reformas a la ley orgánica de la Universidad Autónoma de Sinaloa, en los siguientes rubros: paridad de género; Paridad Universitaria; Lenguaje Incluyente, Gradualidad en la gratuidad de la educación superior, y elección democrática de autoridades universitarias.
Desde luego hubo voces de los que perdían el control del fabuloso botín que es la UAS porque se violaba la autonomía, alegaban, que no había sido escuchada la comunidad universitaria, reprochaban, entiéndase ellos, y que era un retroceso, advertían; la misma verborrea de los que se resisten a perder privilegios en el poder judicial.
Hoy, los grandes temas nacionales, tantas veces diferidos, se articulan en dos grandes ejes: paridad de género y elección por voto universal, libre y secreto de los funcionarios públicos.
¿Por qué en Jalisco no se ha propuesto lo mismo? ¿Por qué el congreso no ejerce sus funciones legislativas y reforma la ley orgánica de la UdeG? ¿Por qué no convoca a la comunidad universitaria y a la sociedad en general a debatir la reforma universitaria? ¿A qué o a quién le teme? ¿Qué compromisos inconfesables se lo impiden? Esta es una excelente oportunidad para expulsar a la mafia universitaria que se ha convertido en una auténtica camisa de fuerza que impide el sano desarrollo institucional; nuestra única aspiración es convertir a la Universidad de Guadalajara en una auténtica institución de educación superior, simplemente eso, que cumpla con lo que la ley y la sociedad le exigen: educar profesionales que compitan en un mercado laboral cada vez más complejo y especializado; que aporte dispositivos tecnológicos y productos científicos que apoyen el desarrollo nacional; que irradie cultura a los cuatro puntos cardinales, en suma, concentrarse en las funciones sustantivas, nada más ni nada menos.
En virtud que el ex cacique se suicidó, los que maniobran para extender el cacicazgo universitario son tanto o más corruptos que éste. Analfabetas funcionales y grillos, no conocieron las aulas porque nunca tomaron clases, no fueron académicos sino estudiantes mediocres: una calca fiel del cacique fugado.
Y si la mafia udegeísta invoca el estribillo: la intervención del legislativo viola la autonomía universitaria al convocar a reformar la ley orgánica, por el contrario, éste pondrá fin justamente a la violación permanente, sistemática y continua de la autonomía universitaria por parte del grupo UDEG-FEG-FEU, porque la ha convertido en su feudo familiar y grupal, mismo que la tiene secuestrada, la saquea, la manipula, la prostituye y le impide desarrollarse.
En la exposición de motivos de la reforma al artículo tercero constitucional en la que se elevó a rango constitucional la autonomía universitaria (09 de junio de 1980), el ejecutivo previó:
“La autonomía universitaria es una institución que hoy es familiar a la nación mexicana. Es compromiso permanente del Estado respetar irrestrictamente la autonomía para que las instituciones de cultura superior se organicen, administren y funcionen libremente y sean sustento de las libertades, JAMÁS COMO FÓRMULA DE ENFEUDAMIENTO QUE IMPLIQUE UN DERECHO TERRITORIAL POR ENCIMA DE LAS FACULTADES PRIMIGENIAS DEL ESTADO.” (Subrayado del suscrito)
Así que, ¿quién viola la autonomía universitaria? Más claro ni el agua, ¿quién le pondrá coto a esta violación sistemática, continua y descarada a la autonomía universitaria por parte del grupo que financia con nuestros impuestos candidatos a cargos de elección popular y encuentros internacionales de la ultraderecha convocada por Vox? Y si bien no produce cultura, ni ciencia ni docencia decente, sí produce milagros, culebrones de telenovela: funcionarios pobres convertidos en millonarios, que incluso se auto inscriben como proveedores de bienes y servicios de las dependencias que administran y de la universidad en general.
Con universidades como la UdeG, este país tiene asegurado el último lugar en el desarrollo de tecnologías de vanguardia; el progreso científico se rezagará años luz, y la educación que imparta oscilará de mediocre a pésima.
¿Quién le pone el cascabel al gato?