Erinís Córdoba. María

 

Erinís Córdoba. (Veracruz, México/1979) Estudió psicología en la Universidad Veracruzana, actualmente labora para la Secretaría de Educación, fungiendo como Psicóloga en Educación Especial, le apasiona su profesión y el poder ayudar a los demás. Desde pequeña se interesó por las artes, estudiando pintura y teatro, en la adolescencia descubrió ese placer por la escritura, como un medio de expresión y catarsis, sin embargo fue hasta el año 2015 cuando incursionó en el mundo de la poesía, escribiendo sus primeros poemas en una página de Facebook de su creación Bella Utopía, recibiendo gran inspiración con comentarios positivos acerca de sus escritos, lo que la impulsa actualmente para seguir compartiendo su mundo interior y pensamientos más profundos. Ha participado en múltiples eventos de poesía  a los que ha sido invitada, por parte de los grupos Poetas sin fronteras y Escritores del Golfo. Formó parte de las antologías: Hojas de Otoño (2019) y Tinteros del alma (2020). Su trabajo se ha publicado en las revistas digitales: Poetas Sin Fronteras, El jardín de los poetas y el Semanario Siete Días de Puebla.

 

María

 

¿Cómo me veo?

Me preguntabas al salir de casa,

mientras abordábamos ese Volkswagen medio viejo

que manejabas rápido, pero con precaución.

Yo te observaba, ¡Te veía perfecta!

A pesar de tus quejas sobre el colorete

o de salir como “picho mojado”.

A las 6 de la mañana,

Ya deambulabas por el patio,

arreglada para ir al mercado,

platicando con tus pájaros y ordenando un poco.

 

Siempre alegre,

la música fuerte era una característica en tu casa

los sones, la clásica, Celia Cruz, trova y alguna que otra africana.

Era un deleite llegar temprano y oler tu comida,

sentir el hogar con tu sola presencia.

Iluminabas mi mundo

¡Fui tan feliz contigo, toda mi infancia!

Me enseñaste a ser fuerte, valiente…

Los problemas no pesaban,

siempre estabas ahí, con alguna frase motivadora

(Muy a tu modo rudo).

El mundo podía caerse, yo era feliz así,

a tu lado, tan solo con sentir que éramos una,

¡Mi todo!, mi abuela…