Gustavo Monterrubio Alfaro
El Movimiento al Socialismo-Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos (MAS-IPSOS), el partido dominante en Bolivia, se haya en una peligrosa encrucijada, y no obstante, no ser la primera vez que hay rupturas y desacuerdos internos, en el momento actual reviste una importancia especial la disputa entre las facciones leales a Juan Evo Morales Ayma, los radicales, y los seguidores de Luis Alberto Arce Catacora, bloque renovador, en un contexto de fuertes tensiones entre el mundo unipolar que se resiste a desaparecer y el multilateralismo global, que no adquiere carta de naturalización plena.
Al parecer la fractura abierta entre ambas facciones se originó por la negativa de Luis Arce y David Choquehuanca (Vicepresidente con Luis Arce y Ministro de Exteriores con Evo Morales, durante su primer y tercer mandato) de asistir al congreso del MAS-IPSOS que se celebró en Cochabamba, en respuesta, el 4 de octubre del 2023 ambos fueron expulsados por la directiva presidida por Evo Morales. Algo así como: tu desconoces mi autoridad y representatividad al negarte a asistir a la convocatoria que hago, entonces, en reciprocidad, desconozco tu autoridad y representatividad, o tal vez los resolutivos del congreso acordados ex ante, no eran del agrado de ambos.
Al interior del partido-movimiento existen dos representantes por cartera, uno de Evo y otro de Lucho.
Evo Morales gobernó Bolivia desde el 2006 hasta el 2019, cuando un golpe de estado orquestado, para variar, desde Washington, lo obligó a renunciar y huir del país. AMLO fue decisivo en asilarlo y salvarle la vida. Pero la posibilidad de reelegirse por más de una ocasión, Evo consumó dos reelecciones y aspiraba a una tercera, interrumpida por el golpe de estado, no estuvo exenta de maniobras y sentencias e interpretaciones jurídicas cuestionables; misma medicina que le aplica Luis Arce para intentar excluirlo de la boleta electoral en la elección del 2025, motivo que ha radicalizado la postura de Evo y sus seguidores. Ya ha habido choques entre ambos grupos más la amenaza de que Luis Arce cuenta con un día, que concluirá en unas horas, al momento de redactar estas líneas, para restablecer el suministro de combustóleos y dólares, de lo contrario las huestes evistas amenazan con estrangular el país; creo que en la Casa Blanca están de plácemes, si llegará a materializarse la amenaza: divide y vencerás o ellos se dividieron y ambos perdieron, este culebrón es típico de la izquierda.
Creo que allí está la raíz del problema y que confirma una vez más mi teoría que el poder es más adictivo que los nitacenos, que lo son más que el fentanilo y éste que la morfina. En mi opinión, quien gobierna más de diez años consecutivos, tiende a partir de los doce años a convertirse en dictador o algo parecido, hay excepciones que confirman la regla, porque diez o doce años son suficientes para cumplir con las obras ofertadas a los ciudadanos o sentar las bases de las transformaciones y los cambios estructurales; transcurrido este tiempo, el dictador en ciernes, se concentra en tratar de mantenerse en el poder a cualquier precio, por lo que olvida los compromisos contraídos y se confronta con los antiguos aliados y persigue ciudadanos que lo alabaron antes y lo cuestionan ahora, además, es capaz de aliarse hasta con el diablo, con tal de lograr su propósito.
El problema entre ambos dirigentes es que el pulso que mantienen puede beneficiar al buitre imperial que perennemente ronda en círculos sobre el territorio plurinacional y multicultural, en espera del cadáver que espera le sea servido, esta es la cuestión, y eso podría ocurrir si la confrontación escala y termina en lo que Lencho llamó posible guerra civil.
Los gigantes ruso y chino que tienen interés e intereses en Bolivia pueden servir de mediadores y evitar la tragedia que se avecina, es más, en diciembre del 2023 se firmó el contrato entre Yacimientos de Litio Bolivianos y la empresa rusa Uranium One Group, el acuerdo contempla la instalación de la primera planta de extracción directa de litio en Bolivia y tiene un valor de 450 millones de dólares, y no hay que perder de vista que Bolivia alberga las mayores reservas certificadas de litio del mundo, estimadas en unos 23 millones de toneladas y se alió con China y Rusia para iniciar su explotación a escala industrial.
Existe el antecede del golpe a Evo, cuya protagonista, Jeanine Añez Chávez, hasta dónde sé, sigue tras las rejas, esto podría desahuciar a los golpistas nativos, pero no al imperio, que siempre usa marionetas en sus juegos de poder.
Mi propuesta para zanjar esta disputa es que ambos retiren sus aspiraciones y busquen un tercero que unifique ambas facciones, que podría incluso ser mejor que ambos, o que Luis Arce intente reelegirse y al término de ésta retirarse forzosamente, para que se reelija por una sola vez, posibilidad que contempló la constitución, hasta antes de las reelecciones de Evo. No obstante, éste prometió lo mismo y no cumplió.
Sí ambos aman realmente a su país, sí el interés nacional está por encima de ambiciones y mezquindades, sí el abstracto pueblo se materializa en los más de once millones de habitantes, si el proyecto de nación es el objetivo último del gobernante, entonces, no creo que sea imposible ponerse de acuerdo, aplicando la regla de oro: ceder para obtener.
O si no hay un boliviano que sea mejor y pueda unificar y suceder a los dos dirigentes, entonces no sé que pensar de este país; lo único que hay que asegurar es la continuidad del proyecto de nación y esto lo garantiza la movilización del pueblo, en lo que son expertas las organizaciones sindicales y sociales bolivianas.