Carlos Ravelo Galindo, afirma:
Hablar de ellas, su belleza, su esfuerzo, sus escritos y su paso por la vida nos estimula el ego. Que conste Coca.
El siguiente es otro ejemplo.
Rosa Beltrán (Ciudad de México, 1960). Novelista, cuentista, ensayista y traductora, es doctora en Literatura Comparada por la Universidad de California, asentada en Los Ángeles.
Ha ejercido el periodismo y fue subdirectora del suplemento literario La Jornada Semanal.
Ha recibido entre otros muchos galardones el Reconocimiento Sor Juana Inés de la Cruz otorgado por la UNAM.
Es miembro de número de la Academia Mexicana de la Lengua desde enero de 2016.
Parte de su obra ha sido traducida a los idiomas esloveno, francés, inglés, italiano y holandés.
Dejemos a la benevolencia de otra escritora, doña Norma Vázquez Alanís en La biblioteca de Arcadia, nos ponga en contacto con la novela de Rosa Beltrán que presenta con sarcasmo a la aristocracia iturbidista
“Al cumplirse en este 2021 el segundo centenario de la consumación de la independencia de México, proponemos la lectura de la novela La corte de los ilusos (Editorial Planeta, en Autores Españoles e Iberoamericanos, primera edición 2010, 291 páginas), de la escritora mexicana Rosa Beltrán, en el que echa un vistazo a la controvertida figura del emperador Agustín de Iturbide -borrado de la historia oficial de México, pero para muchos como el historiador y colega Luis Reed, el verdadero consumador de la independencia- a través de un curioso relato cargado de ironía de lo que fue su efímero imperio.
En esta, su ópera prima, cuya primera edición data de 1995, año en que obtuvo el Premio Planeta-Joaquín Mortiz, Beltrán aborda a un personaje que a pesar de haber sido uno de los hombres que ayudó a la consumación de la Independencia, fue juzgado por la sociedad y exiliado por las autoridades; finalmente murió como traidor a la Patria fusilado por sus propios compatriotas cuando regresó al país con engaños.
La corte de los ilusos es una obra que permite al lector revisar cómo los recursos de la creación literaria hacen posible construir un universo de ficción a partir de una referencia real tomada de la Historia de México, pero recreada con una clara finalidad estética. Además, la autora explota las múltiples potencialidades del lenguaje y revela indicios de una época, su forma de hablar, sus estructuras de poder y sus costumbres.
En su novela, Rosa Beltrán deja ver que lo popular está inevitablemente ligado a los gustos y costumbres de los personajes que intentaban imitar en México el estilo de la corte francesa; dichos y comidas típicas aparecen a lo largo del texto en el que los capítulos son nombrados con refranes que establecen el contenido de cada uno, antecedidos también por recortes de escritos de la época relativos a la manera en que debía comportarse una “mujer de sociedad”, mismos que ponen de manifiesto el espíritu sarcástico de la autora.
“La novela logra hacer conexión entre el lector y estos personajes pretenciosos, pues la pluma de Rosa Beltrán revela sus emociones, anhelos e inseguridades revestidos de un humor que toma a la ironía, la parodia y la farsa como estandarte”, asegura el escritor y editor mexicano (fundador de Textofilia Ediciones), Alfredo Núñez Lanz.
Aunque La corte de los ilusos no es una novela histórica, sino de ficción, en cada una de sus páginas se nota el vasto trabajo de investigación historiográfica que realizó Beltrán para ambientarla, pues contiene momentos históricos verídicos, así como descripciones de calles y lugares que existían en esa época e igualmente la crónica del nacimiento de algunos platillos y postres tradicionales del siglo XIX.
Un punto interesante es la manera tan dinámica y elocuente en que la autora utiliza los datos históricos, porque es complicado recrear una figura de tal envergadura y controlar al mismo tiempo la imaginación y el equilibrio literario adecuado.
Es muy atinado por parte de Beltrán captar el interés del lector a través de la vida privada del protagonista, al presentar los amoríos de Iturbide con María Ignacia Rodríguez de Velasco, la famosa ‘Güera Rodríguez’; la fracturada relación con su esposa Ana María Josefa Ramona Huarte Muñoz y Sánchez de Tagle; el trato especial que daba a su hermana María Nicolasa, quien sufría de demencia y cleptomanía, así como el vínculo peculiar que lo unía a madame Henriette, la modista francesa de la corte que conocía al emperador desde pequeño.
La narrativa de Beltrán consigue dar toques de humor a una historia plagada de altibajos como fue la vida de Iturbide y quienes lo rodeaban, además intenta rescatar la figura del emperador para la Historia mexicana.
La trama es lineal y cíclica, por lo cual se cierra de manera natural; muestra dos grandes secuencias encadenadas que alternan en contenidos, acercándose progresivamente para concluir con la narración paralela de la muerte de Nicolasa y el quebrantado exemperador Agustín de Iturbide.
La voz del narrador omnisciente y omnipresente hace posible una perspectiva más amplia y variada de los hechos que la que podría presentar cualquiera de los personajes, aunque esta voz narrativa suele prestar la palabra al pensamiento de los protagonistas.
El relato de los sucesos en forma indirecta es predominante en La corte de los ilusos, aunque se alterna con representaciones, pero se identifica en cada capítulo la visión del narrador, que brinda perspectiva y profundidad con sus comentarios a las escenas más animadas de los personajes, los cuales son bastante consistentes a lo largo de todo el texto sin sufrir cambios más allá de los impuestos por las circunstancias, pero exhiben las contradicciones de su personalidad.
Rosa Beltrán expone a una aristocracia mexicana fatua, vana, seducida con sus riquezas y distante de la realidad tanto social como económica del país; su adecuada elección de detalles descriptivos, le posibilita tener personajes coloridos, memorables e incluso cómicos.
“La autora tiene un estilo peculiar para enlazar las acciones y personajes de una forma sutil, pero al mismo tiempo la base de la historia permite comprender lo que ‘políticamente’ ocurría y por qué posteriormente dichos eventos tuvieron consecuencias con el exilio del emperador”, opina la guionista y editora mexicana Griselda Fernández, para quien Rosa Beltrán establece una visión no sólo de la vida de Agustín, sino que recoge miradas tan diferentes que es posible generar un escenario completo de quienes estaban de acuerdo o no con el régimen que se había establecido.
Beltrán recrea en su novela el principio del siglo XIX mexicano religioso y moralista en el que Iturbide remonta sus premisas básicas de comportamiento a un manual sobre las obligaciones del hombre en sociedad y su esposa rige su conducta por los aforismos aprendidos en el colegio de monjas; en el extremo contrario, el polémico liberal y republicano fray Servando Teresa de Mier utiliza las frases y sentencias latinas -con que hostiga al emperador- obtenidas de su cultura clerical asimismo imbuida de un alto sentido del deber y responsabilidad.
Por las páginas de La corte de los ilusos se pasean los personajes que representaban aquella época singular y convulsa: el nuevo emperador y su corte afrancesada, las personalidades políticas del momento, el clero oportunista o las damas mundanas que soñaban con encontrar un buen marido. Su trabajo de reconstrucción de un periodo de la historia de México poco explorado es impecable, ya que logra transportar al lector a esa etapa a través de una narración ágil, pero que no escatima detalles sobre el ascenso y caída del primer emperador de México.
Es imposible dejar de señalar que, si bien Agustín de Iturbide es el protagonista de la novela, el peso que la autora concede a las mujeres que lo rodean es innegable, y al respecto el también escritor mexicano Élmer Mendoza expresa que “en gran parte de la novela las voces femeninas prevalecen; marcan la pauta y el estilo”.
Y agrega: “Beltrán desarrolla el personaje desde un emperador fuerte y varonil que trata de gobernar y pasa sus buenos ratos con la ‘Güera’, hasta el hombre que se exilia en Italia y que decide volver a México a pesar de saber que lo fusilarán si lo descubren, cosa que ocurre de inmediato”.
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