Carlos Ravelo Galindo, afirma:
Una ligera reflexión:
Hay bastantes personas que se enorgullecen de lo que pasaron en la vida: lugares donde trabajaron, eventos a los que asistieron o su infancia.
A diferencia de ellos, en realidad prefieres guardar tu historia para ti, ya sea porque es algo negativo que no quieres que te recuerden o porque has tenido algún tipo de experiencia traumática.
A veces, sientes que has cambiado tanto que la persona que alguna vez fuiste se ha ido.
Tienes un poder y una capacidad increíbles para seguir adelante con tu vida, sin importar el obstáculo que encuentres o la derrota que sufras, esto te empuja a sacar conclusiones sobre tu vida y a emprender nuevos y mejores caminos.
Si evitas compartir con otros sobre tu pasado porque temes que hará que se alejen de ti, recuerda que quien realmente te ama, te aceptará no solo como eres, sino también como eras.
Ningún poeta mexicano, incluidos Manuel Acuña, Amado Nervo y Ramón López Velarde (para citar sólo a los que más se han acercado a la veneración popular), logró adentrarse en la sensibilidad del pueblo, convirtiéndose en cantor de sus grandezas y miserias, de sus virtudes y sus vicios, de sus altanerías y de sus frustraciones como Antonio Plaza.
Ninguna voz poética más viril que la suya para zaherir al poderoso, para maldecir al perverso y defender al humilde.
Su verdad, como acertadamente ha observado Rubén M Campos, quema como gota candente de plomo sobre carne viva.
Su poesía, corrosiva y caustica, solda o amputa, absuelve o condena, según el grado del mal en cada organismo y en cada espíritu, sin que el poeta se preocupe del efecto, lo que le ganó el amor al pueblo.
Pero no solamente la poesía de Antonio Plaza, sino también su vastísima producción festiva, son ya hijas del sentimiento popular. La selección que de él presentamos, por lo consiguiente, de lo menos que puede dejarnos satisfechos es de su novedad:
Autobiografía Heroica
El éxito no fue malo
tuvo siempre sus olores
y volví pisando flores
con una pata de palo.
Epigramas
Dijo la niña Isabel:
cuando con Juan se midió:
-No somos iguales: él
tiene un dedo más que yo.
Mariquita, ella tan viva,
una noche resbaló,
y aunque cayó boca arriba
el vientre se le inflamó.
Y ¿cómo es el diablo, madre?
Dime, para entretenernos.
-Es viejo, feo y con cuernos.
-No sigas: ese es mi padre.
Iban a matar a un chivo
y Cenobio lo evitó.
su mujer le preguntó:
¿Para qué lo quieres vivo
cuando es inútil así?
El dijo entonces: “Señora,
lo que hago por él ahora
mañana lo harán por mí.
Doña Manuelita Ocio
un pleito tiene enredado;
pero no encuentra abogado
que le mueva su negocio.
Lindos pies te ha dado Dios
Bien mereces otros dos.
Hicieron guarda de aduana
marítima a Juan Castillo,
y a poco su bella hermana
resultó con un chiquillo.
Él, muy enojado, pronto
quiso matar al trofeo;
Pero ella le dijo: ¡Tonto!
¿Quieres perder el empleo?
Ya no ejerce el doctor Lario:
¡eso si es humanitario!
Epitafios
Isabelita Meneses,
siendo tan pobre y tan bella,
al cielo se fue doncella
pues murió a los quince meses.
La hermosa doña Ventura
descansa aquí boca arriba,
porque cuando estaba viva
le gustaba esa postura.
El chapucero Canuto
Hace un año aquí llegó
Pagó a la tierra tributo ….
-Fue lo único que pagó.
El Burócrata Dorantes
Aquí reposa, como antes.
craveloygalindo@gmail.com