Elizabeth López Jiménez
Recuerdos
Le agradezco a Dios que no olvide despertarme cada mañana, contadas ocasiones tengo la dicha de admirar tus bellísimos ojos que reflejan inmensa ternura al verme.
Tu sonrisa tan maravillosa me contagia de alegría, cada palabra tuya acaricia mis sentidos y la atesoro en lo más profundo de mi ser.
Tu grata compañía inevitablemente enciende en mi memoria los invaluables momentos compartidos.
Cada vez que cierro los ojos y respiro tu aliento, revivo cada gesto de amor y entrega, como si recorrieras lentamente micra a micra mi piel con tus besos, y tu esencia se fundiera no solo en mi cuerpo, simple envoltura que se marchita con el tiempo; sino en el alma, porque aunque mi exterior encoja, tu esencia me pertenecerá el resto de mis días.
Lo que siento por ti, es más fuerte que yo, inmutable sentimiento. Son impulsos de un corazón enamorado, tú eres y serás parte de mi historia hasta el final de los tiempos.
Mamá
Una palabra que estremece mi corazón y significa tanto en mi vida. Estoy agradecida con Dios por darme la dicha de ser hija de una mujer tan extraordinaria como tú, te amo y admiro profundamente.
Has demostrado tu inmenso amor desde aquel momento que te enteraste de mi existir y me permitiste crecer en tu vientre, carne de la misma carne, una sola esencia.
Tengo la bendición de gozar tu compañía irreemplazable, guía con tu instinto maternal, nobleza y entrega total.
Gracias, mamá.