Elián Thomas Rementería. Es el más joven en el Taller de Escritura Creativa Miró, dirigido por Miguel Barroso Hernández, en Veracruz. El talento narrativo, de este niño de 11 años, sorprende por la facilidad con que construye y recrea sus historias.
Elián cursa 4.º año de primaria en el colegio Green Oaks y ama leer. También es feliz jugando pádel o practicando fútbol. Con disciplina y el apoyo incondicional de su familia, explora el mundo del arte, a través de la literatura, para tener mucho más claro el futuro de sus sueños.
El amigo imaginario
Había una vez un niño que se llamaba Luis y era muy tímido. No tenía amigos de verdad. Todos los días, en la escuela, cuando el timbre del recreo sonaba, algunos niños se iban a jugar fútbol y, otros, voleibol; pero él se queda, sentado en una banca, platicando con su amigo imaginario que se llamaba Jorge.
Un día, Jorge señaló al patio:
—¿Ves a ese niño que está allá? —dijo—. ¿Al que están molestando?
—¡Sí! Lo veo —admitió Luis.
—Si lo ayudas, yo me volveré real.
Luis pensó que era una buena idea porque ya iba a tener un amigo de verdad y no producto de su imaginación; pero luego se dijo: “si ayudo a ese niño, los otros también me van a querer molestar a mí”.
Dudó, unos minutos, hasta que se llenó de valor y fue a defender al chico que se encontraba en aprietos.
—¡Váyanse, déjenlo en paz! —les gritó a los abusadores, amenazándolos, con los puños en alto—. ¡Métanse con alguien de su tamaño!
Cuando, sorprendentemente, se fueron; Luis ayudó al niño a levantarse del suelo, donde lo habían tirado.
—¿Estás bien? —le preguntó—. ¿Cómo te llamas?
La respuesta sorprendió a Luis…
—Soy Jorge: tu amigo imaginario.