José Antonio López Sosa
¿De qué le sirve a la industria turística que sea declarada actividad esencial?, la única prerrogativa que tendría sería poder operar cuando los semáforos epidemiológicos continúen en color rojo, es decir, en el momento más riesgoso de la pandemia.
En estos días, el secretario de turismo Miguel Torruco salió a anunciarlo como si se tratara de un logro en beneficio del turismo, lamentablemente no es así.
La industria turística necesita apoyos reales y tangibles del gobierno federal, no hablamos solo de dinero (apoyos financieros directos), sino créditos a tasa cero, condonación o prórroga de obligaciones fiscales, subsidios, promoción, en fin, tantas y tantas cosas que se debieron hacer por el turismo desde marzo de 2020 y a casi un año, solo hay dos cosas que el propio secretario ha celebrado como si fuesen funcionales: la cancelación de la propuesta para eliminar los fines de semana largos y, buscar declarar al turismo como actividad esencial.
El secretario Torruco no ha dejado de cobrar su salario con puntualidad, no ha padecido la crisis del SARS-CoV-2 en sus ingresos, no ha hecho nada más que hablar, hablar y hablar; estar en webinars, foros virtuales y ejercer una comunicación unidireccional en su cuenta de twitter, sin atender cuestionamientos de la gente del sector.
¿Dónde quedó ese Miguel Torruco crítico y perseverante con el sector turístico?, ¿dónde quedó aquel experto que criticó con severidad lo que se hacía desde la cartera de turismo en los sexenios anteriores?
Es una burla para la industria turística, para empresarios y trabajadores, para guías de turistas, transportistas, restauranteros, pequeños hoteleros el hecho que sea considerado un logro, pedirle a las autoridades sanitarias que determinen como actividad esencial al turismo.
El turismo no necesita ser actividad esencial, necesita apoyos constantes y sonantes del gobierno federal.
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