Victor de Regil
Recientemente, la intención de tres senadores y dos senadoras -dos del PT, uno de Morena, uno del PAN y uno sin partido- de conformar un nuevo Grupo Parlamentario en el Senado de la República tiene más aristas de las que a simple vista están, y algunas rozan directamente a Puebla.
Una de los puntales de éste que pretende llamarse Grupo Plural es la poblana Nancy de la Sierra Arámburo.
Ella dejará la bancada del Partido del Trabajo (PT), junto con Alejandra León Gastélum, aunque la ex comunicadora dice que nunca militó ahí, sino que fue “candidata ciudadana”.
Lo que respecta a Morena sale Germán Martínez Cázares, ex calderonista y ex director general del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Del Grupo Parlamentario del PAN deserta Gustavo Enrique Madero Muñoz, quien incluso fue presidente de su Comité Ejecutivo Nacional (CEN).
Y quien de por sí no tenía partido es Emilio Álvarez Icaza, ex ombudsman de la Ciudad de México.
A diferencia de la proclama que incluyeron en su solicitud formal para ser bancada, de “empujar la transición democrática, pacífica e incluyente de México”, la verdad es que resulta descaradamente evidente que buscan fines personales.
Todos tienen aspiraciones en sus entidades de origen o en círculos de poder que, por alguna coyuntura o coincidencia, sus partidos les habían negado.
La pretensión de Nancy de la Sierra, por supuesto, es buscar la gubernatura de Puebla.
Hay una ventana de oportunidad para ella, en caso de que el MORENA, que reeditará su alianza con el PT y sumará al Partido Verde Ecologista de México (PVEM), decida ir con una mujer en nuestra entidad.
Hay que recordar que ya hay antecedente de paridad de género también en las gubernaturas, con la sentencia de 2018 del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).
Pero hay más.
Nancy, quien es de las más entusiastas con este tema de la nueva bancada, es cercana y hasta comadre de Ricardo Monreal Ávila, coordinador de Morena. El zacatecano ya anunció que ve con “buenos ojos” la conformación de esta bancada.
Aunque la presidenta de la Mesa Directiva, Olga Sánchez Cordero, lo ha rechazado totalmente.
En un par de días resolverá el tema la Junta de Coordinación Política (Jucopo) del Senado que preside el mismo Monreal.
Por supuesto, la Ley Orgánica del Congreso de la Unión imposibilita la creación de ese grupo legislativo.
Primero, porque ya no es tiempo, de acuerdo con la ley, que detalla que debe ser al arranque de los trabajos, lo que ocurrió en septiembre de 2018.
Segundo, porque en su Artículo 72, la misma norma establece que los integrantes de una bancada deben tener “la misma afiliación política”, que aquí no se cumple.
SIN EMBARGO, así con mayúsculas, ya se ha torcido la norma en el actual encargo y lo ha hecho el mismo Monreal.
Por ejemplo, se permitió que el Grupo del PRD exista todavía, aunque solamente tiene tres integrantes, aunque la ley marca que deben ser cinco como mínimo.
Nada raro sería que ocurriera de nuevo.
Nancy, recientemente, aseguró que lo que busca ese grupo es “debate” y no “dote”.
Sin embargo, varias cosas van a ocurrir, si se concreta: tendrán dinero, mucho, personal a su servicio y autonomía de sus actuales jefes de bancada.
También van a fraccionar el voto lopezobradorista de la Cámara Alta, cuyo bloque perdería tres integrantes.
Eso puede pesar mucho a la hora de las votaciones de mayoría calificada, las dos terceras partes de los 128 senadores y senadoras.
Esos cinco votos además podrán cotizarse muy alto.
El efecto es de tres bandas también en lo político.
Nancy de la Sierra, y ya no solamente Alejandro Armenta, pareciera ser una carta más en la baraja de Monreal.
Una que despliega el de Zacatecas, cuando se habla de Puebla.