José Antonio López Sosa
Sí, estamos viviendo momentos muy complejos en el país, un presidente cuyas decisiones personales van más allá de las de estado, el repunte del rechazo al periodismo –como ha sido desde hace décadas– y una idea única, donde el pensar distinto está mal visto o es satanizado desde la tribuna matutina del presidente.
Estamos una vez más, sobrediagnosticados.
Ahora bien, la oposición en este país, ¿qué hace?. La respuesta es nada.
Nada porque militantes y no militantes de algún partido, pero que se asumen como oposición al gobierno en turno no han tenido más que un papel reaccionario en el entorno político, no hay propuestas ni alternativas, simplemente insistir en el diagnóstico.
¿De qué nos sirve que insulten una u otra vez al presidente en turno?, ¿de qué sirve que señalen uno tras otro yerro si no hay una propuesta alternativa?
Si la oposición se reduce a Enrique de la Madrid, Margarita Zavala o Ricardo Anaya, en verdad el remedio será peor que la enfemedad, como reza el dicho.
No hay cuadros nuevos, no hay propuestas serias y viables, no hay un reconocimiento de los abusos del pasado para poder cambiar el rumbo hacia el futuro. Los líderes que arriba señalo, se manifiestan como iluminados y con las mismas palabras huecas de todos los candidatos, pretenden convencer a la gente que son una alternativa democrática.
¿Cuándo en la oposición habrá cuadros nuevos?, en qué momento tendremos una oposición seria y con proyectos tangibles, ya de diagnósticos estamos sobrados, ya de reaccionar ante cada ocurrencia en Palacio Nacional tenemos bastante.
Los años han pasado y la oposición no pasa de ridiculizar a la 4T en twitter, de quejarse y rasgarse las vestiduras, de los más extremos, hacer plantones ridículos en la Plaza de la Constitución.
¿Cuándo llega la oposición seria de verdad?, o acaso ¿no existe en México?