Victor de Regil
Uno de los grupos de electores que más discusión generan en tiempos de campañas son los llamados ‘indecisos’ y otros conocidos como los ‘indiferentes’.
Son dos subgrupos del electorado similares, pero hay la suficiente diferencia entre ellos como para seguirlos a lo largo de las campañas.
Las encuestas que suelen tener mayor seriedad y que presentan los mejores resultados, suelñen tener las siguientes preguntas:
“De las siguientes, ¿cuál opción le describe mejor a usted? 1) Ya decidí definitivamente por quién votar para presidente; 2) Ya tomé una decisión pero todavía podría cambiar de opinión; 3) Aún no decido por quién votar, lo estoy pensando, y 4) A mí no me interesa votar”.
La primera categoría son electores que sin necesidad de las campañas ya decidieron su voto. La encuesta indica que son 59 por ciento de la población encuestada. En las elecciones de 2018, la encuesta de salida de este diario mostró que quienes decidieron su voto desde antes de las campañas fue 46 por ciento, casi la mitad, mientras que en 2021 fue 45 por ciento.
Eso sugiere que 59 por ciento que dice que ya decidió podría estar un poco inflado. Lo cierto es que la mayoría de ellos son electores partidistas más comprometidos, y el balance de preferencias en ese segmento favorece hoy a Claudia Sheinbaum, según el sondeo.
La segunda categoría es la de electores cambiantes, 17 por ciento, quienes responden la pregunta electoral pero no con la convicción ni firmeza de los primeros. El sondeo indica que se inclinan más hacia Xóchitl Gálvez, pero no hay nada en firme. “Todavía puedo cambiar de opinión”, dicen.
La tercera categoría es la de indecisos, 15 por ciento, quienes dicen estar pensando por quién votar pero que muy probablemente no han comenzado a poner atención en los temas electorales.
La cuarta categoría es la de abstencionistas confesos, 8 por ciento, lo cual es muy bajo si se considera que los niveles de abstencionismo registrados en las elecciones presidenciales de 2000 a 2018 ronda 40 por ciento.
La encuesta arroja perfiles de cada categoría muy interesantes. Quienes ya decidieron su voto son más hombres que mujeres, de mayor edad y más partidistas. En contraste, las personas indecisas son más mujeres, más jóvenes y más apartidistas. La actitud de abstencionismo también es más alta entre los jóvenes, así que hay una tarea de movilización por delante.
Además de esta clasificación de electores, la encuesta también preguntó en una escala del 1 al 10 a cuál de las dos principales precandidatas prefiere. El 38 por ciento dijo que está completamente a favor de Claudia Sheinbaum (punto 1) y 17 por ciento completamente a favor de Xóchitl Gálvez (punto 10).
El 44 por ciento restante se ubicó en algún punto intermedio de la escala, algunos más inclinados a la morenista y otros a la precandidata del Frente.
Si se consideran los puntos más alejados de apoyo a las precandidatas, los puntos 5 y 6 de la escala, se trata de 14 por ciento de personas completamente indiferentes a ellas. La proporción es muy similar al 15 por ciento de indecisos. ¿Son las mismas personas?
La respuesta es no: hay algo de traslape pero no es exactamente el mismo grupo. Del total de indecisos, 40 por ciento se muestra indiferente hacia las dos precandidatas. El resto sí tiene algún grado de inclinación hacia una de ellas.
Las personas indecisas no tienen hoy una postura clara hacia ninguna precandidata, mientras que las personas indiferentes sí toman una postura distante de ambas.
Parece ser una diferencia menor, pero puede resultar sustancial en la búsqueda de votos. ¿Cómo romper esa indiferencia, con sustancia o con estilo, con propuestas o con sonrisas, con razones o con emociones? Ya veremos.
Por lo pronto, la indiferencia, como la indecisión, es más común entre los jóvenes. Y el apoyo a MC se da entre indiferentes, no entre indecisos. Dos piezas de información clave para entender la batalla política que viene.