Jorge Marcelino Alejo
Con algunos votos más de legisladores federales, llegará a su fin la subcontratación de personal en empresas, acción mejor conocida como el Outsourcing.
Para cuando llegue ese momento, no se vislumbra una nueva herramienta que sustituya la subcontratación, y que asegure la certeza laboral al trabajador.
La cuestión es que el Outsourcing no dejará buenos recuerdos. Más bien, se le está echando por la borda, porque al paso de los años ni el Gobierno, ni las Centrales Obreras, ni mucho menos el trabajador, hicieron algo contundente para regularlo. Más cuando su práctica tenía el respaldo de experiencias europeas, que no encajaban en la contratación de la mano de obra mexicana.
Ante su llegada, el Gobierno se mostraba tímido, y de vez en cuando externaba su enojo porque la subcontratación de personal evadía impuestos.
Pocas veces se escucharon quejas de las Centrales Obreras, en el sentido de que el Outsourcing inhibía la actividad sindical. O que acabó con los contratos que garantizaban prestaciones y derechos laborales.
El trabajador siempre bajo el control y la férula de las Centrales Obreras, menos podía hacerle frente a esa subcontratación abusiva.
Y se le dejó crecer.
Pero como la función tiene que seguir, es evidente que hace falta la mano de obra. Se le necesita. Hace falta quien cocine, quien construya casas, quien transporte materias primas, en fin. Por lo tanto, se requiere nueva herramienta que defina contratos -u otro tipo de convenios-, que garanticen prestaciones y derechos laborales, simplemente, porque la producción de bienes y la prestación de servicios no pueden parar.
Y para acabar con la subcontratación de personal, con marcadas ventajas para las empresas, el Gobierno Federal en turno envió iniciativa de ley para dejarla sin efecto. Es más, dice que sancionará y multará a empleadores que simulen o abusen con el Outsourcing.
Entonces, si el Gobierno ya dio el primer paso, el trabajador tendrá que dar el segundo donde exija nueva contratación. Con ella deberá afianzar su mejora laboral que le conceda derechos de antigüedad, además de prestaciones tan elementales como la atención de su salud.
Sin embargo el drama de todo esto, la desventura para la fuerza laboral, es que el trabajador tendrá que luchar solo, tendrá que hacerlo sin intermediarios. El momento histórico lo coloca en el sitio exacto, para medir sus alcances y prevenir su futuro.
Hace tiempo que las Centrales Obreras no están a la altura. ni en la defensa, ni en la protección de la fuerza laboral. Está claro que si no le dieron la batalla al Outsourcing, corren el riesgo de irse a la misma tumba, que se le tiene preparada a la subcontratación de personal.
M E M O R A N D U M
$ 24 MIL
Por supuesto que no admite tregua combatir a vivales que aprovechan la pandemia que flagela a la humanidad, para suplantar a farmacéuticas reconocidas para aplicar pruebas piratas del Covid19. El costo que fijaban era de hasta 24 mil pesos cada una. La alerta surge por la denuncia de Raúl Sapién Santos, Presidente del Consejo Nacional de Seguridad Privada –CNSP- al señalar que en este contrabando está metido el crimen organizado a través del comercio informal, pues lo mismo lo comercializan en tianguis que en la Web.
Aun cuando la venta de pruebas falsas se detectó en Ciudad de México, Jalisco, Tamaulipas y Chihuahua (la Administración General de Aduanas decomisó 10 mil pruebas en Ciudad Juárez) no estará de más investigar hasta el final, las pruebas rápidas de Covid que se encontraron tiradas días atrás, en una bolsa negra. Estaban bajo el puente del Periférico Ecológico y el Bulevar Forjadores de San Pedro Cholula.