Victor de Regil
Como debía de ser y con la solemnidad protocolaria, además con la presencia de casi todo el gabinete del Ejecutivo Federal y el Presidente de la República, pero también con muestras de cariño y expresiones populares y genuinas de duelo de los poblanos, fue despedido el gobernador Miguel Barbosa Huerta. Las dos visiones de sus exequias, la de Estado y la popular, precisamente describen dos de las cualidades del poblano: su institucionalidad y su cercanía con la gente.
La noche de este 13 de diciembre, hacia las 22:00 horas, llegó el cuerpo del gobernador a la funeraria.
Mucha gente lo recibió en la primera de sus pausas para despedirse de Puebla y de los poblanos.
La mañana de este miércoles recibió en cuerpo presente la salutación funeraria de los poderes.
Primero en el Congreso del Estado.
Las guardias fueron solemnes y, por momentos, con matices de mucha sensibilidad de algunas legisladoras.
El afecto que el gobernador supo ganarse quedó evidente.
Sergio Salomón Céspedes Peregrina, el ahora ya Gobernador Sustituto enunció un discurso intenso y sensible.
Elogió el presidente de la Junta de Gobierno y Coordinación Política de la LXI Legislatura el enorme legado transformador, que significó devolverle a campesinos, trabajadores, a la gente del pueblo, la dignidad.
También ofreció un mensaje vital, para lo que viene y el proceso de la elección de un gobernador o gobernadora sustituto.
“Poblanas y poblanos, no debe existir incertidumbre.
“Este Congreso está constituido para ser garante de legalidad, estabilidad y honestidad en lo que venga hacia adelante”, dijo.
Las exequias de Estado continuaron en la sede del Poder Judicial. Las guardias de honor las encabezaron los magistrados y las magistradas.
El discurso estuvo a cargo de Joel Sánchez Roldán, magistrado del Tribunal Superior de Justicia, quien ponderó sus convicciones y recordó frases de Barbosa, como “yo no me canso, yo no me rajo, yo no me abro hasta donde tope y hasta lo que tope”.
En el cortejo, con mucha fortaleza estuvieron su esposa, doña Rosario Orozco Caballero. Sus hijos, Miguel y Rosario.
Su círculo más cercano y más fiel. Verónica Vélez Macuil, la coordinadora de comunicación y su escudera desde los tiempos de las duras campañas y antes.
Centenares de poblanos.
Antes que su cuerpo, llegaron sus familiares y colaboradores a Casa Aguayo.
Los mariachis del Mercado del El Alto, a quienes el benefició con la remodelación del histórico inmueble que está en frente, lo recibieron con canciones.
La mayor expresión del funeral de Estado se dio, luego, dentro de la sede del Poder Ejecutivo Poblano, en su patio central.
El gabinete federal casi en pleno fue llegando. La jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum Pardo, fue de las primeras y más cariñosas con Doña Rosario y sus hijos. Asistieron 8 secretario de Estado y dos directores, del IMSS y de la CFE.
Encabezó el Presidente. Exequias de Estado, por todo lo alto. El adiós a un compañero de proyecto de nación, de batallas y de rumbo.
Andrés Manuel López Obrador evocó momentos que compartió con el poblano, a quien se refirió como un hermano que luchó por la democracia.
Le agradeció su apoyo y compañía por 25 años. Recordó sus luchas electorales. Su esencia como político cercano al pueblo.
Hizo referencia a la idea original de la marcha, que López Obrador retomó para sí en la Ciudad de México.
Dejó el Presidente mensajes muy importantes, que deberán luego analizarse con pausa.
Después, vino el reconocimiento también de los poblanos y el cortejo partió a Tehuacán.
Las banderas de todo el estado están a media asta.
Este jueves es su último adiós.