No es para nada extraño el gran interés, trabajo y presencia de los tres presidenciables más visibles, Claudia, Marcelo y Adán, en Puebla en las últimas semanas. Por supuesto, tendrán sus afectos y motivaciones personales, pero el común denominador de los tres con la entidad puede medirse en cifras: nuestro estado es el quinto con el Padrón Electoral más grande y el cuarto de los nueve estados que tendrán elección a la gubernatura el próximo año. Puebla representa la posibilidad de obtener una parte sustancial de los más de 30 millones de votos que se requieren para llegar a Palacio Nacional en 2024.
Hasta el momento, Claudia Sheinbaum Pardo, la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, es la más adelantada en el afecto de los poblanos. Es también la “corcholata” que más ha trabajado en la entidad para su proyecto. Ha tenido aquí un acto masivo de mas de 20 mil personas y otras visitas en diferentes momentos.
Y es que, desde antes de su muerte, Miguel Barbosa Huerta tejió con ella compromisos administrativos, de gobierno y políticos. Hasta ahora, los herederos del barbosismo los han refrendado.
El apoyo formal e informal del Movimiento Regeneración Nacional (Morena) en Puebla es para Sheinbaum. No hay nadie que lo ponga en duda.
Pero también es una realidad que los otros dos, Ebrard y López Hernández, se mueven y se promueven aquí. El estado de Puebla es una apetitosa manzana electoral que ninguno de ellos quiere perder.
Al corte de mayo de 2021, previo al más reciente proceso electoral federal, era de 4 millones 739 mil 921 ciudadanas y ciudadanos.
Crecerá, seguramente, algunas decenas de miles, por quienes cumplieron recientemente la mayoría de edad, al corte de 2024.
En las mejores condiciones, con una participación en las urnas que ronde en el 60 por ciento, lo que ya antes ha ocurrido en votaciones presidenciales, los votos de los poblanos se acercan a los tres millones.
Esa potencial bolsa de votos es indispensable para el triunfo de quien vaya a despachar en Palacio Nacional entre 2024 y 2030.
Quien sea el candidato o candidata presidencial deberá proponerse llegar a los 30 millones de votos que Andrés Manuel López Obrador logró en 2024.
La importancia de Puebla es matemática. Es sustancial.
De ahí que, también el canciller Marcelo Ebrard Casaubon haya dispuesto ya un equipo de trabajo para Puebla. Aquí lo interesante es que no lo encabeza Morena. Tiene como representante al verdeecologista diputado federal Juan Carlos Natale López, quien no solo es su brazo derecho, sino que se ha convertido en su principal operador en Puebla.
“Puebla con Marcelo Sí”, le han llamado al movimiento que, con foros, pretende promover al presidenciable que va segundo en las encuestas.
Detrás en las mediciones, pero no en entusiasmo, el secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, ha tenido como impulsor exclusivo al diputado federal Ignacio Mier. Lo ha traído a comer Chiles en Nogada. Lo placeó hace unas semanas en un foro, luego de que tuvo una reunión institucional con el gobernador Sergio Salomón Céspedes Peregrina. En sus posibilidades y a su estilo, también se ha promocionado.
En redes tienen por ahí un gráfico que dice algo así como “Sigue un López”, en referencia a la coincidencia de apellidos entre el actual presidente y Adán.
Faltará ver qué hace el coordinador de los senadores de Morena, Ricardo Monreal, luego de que ya fue encartado formalmente en la lista de la sucesión presidencial.
Los presidenciables quieren a Puebla seguramente con afecto real. posiblemente, por la gente y su historia. Pero más, por las matemáticas.