EDITORIAL
El mundo enfrenta una pandemia que ha paralizado a todo el planeta. Se trata de una enfermedad con la que tendremos que vivir y con la que tenemos que enfrentar una nueva realidad en todos los órdenes, incluidos en los electorales, como el que viviremos el próximo año.
Y es que, el desafío que enfrentan los países por la pandemia va más allá de la crisis sanitaria y de la debacle económica. la centralización de poder y las restricciones al ejercicio de derechos fundamentales que muchos gobiernos han impuesto durante la emergencia, amenazan el funcionamiento de la democracia.
Así como los han mostrado los indicadores de las organizaciones que evalúan este tema a nivel global, el panorama ya era de por sí desfavorable. Ahí está, como ejemplo, la erosión ya generalizada de la confianza que tienen los ciudadanos en la propia democracia y en sus instituciones.
Como sabemos, la pandemia ha venido a complicar aún más ésta situación. Por fortuna, a diferencia de otros países, México no ha seguido el ejemplo de emplear métodos extraordinarios como el gobernar por decreto o suspender garantías.
Con todo, si la pandemia se alarga, tal como sucederá independientemente de si se encuentre una vacuna pronto o no, las elecciones de 2021 se desarrollarán en condiciones muy complicadas.
El instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral destaca que casi 70 países y territorios ya hab aplazado sus comicios. México está en la lista por los casos de Coahuila e Hidalgo.
Incluso si se realizan, como seguramente sucederá, las restricciones para las campañas y las votaciones el próximo año tendrán impactos imprevisibles en la participación y el comportamiento electoral, el sentido del voto y, consecuentemente, en la legitimidad misma de los resultados.
Como ejemplo, en estos momentos, el debate en Estados Unidos justamente se centra en esos posibles efectos. ¿a quién beneficiará más que, por enfermedad o por miedo a un contagio, mucha gente no salga a votar o decida hacerlo por correo? ¿quedarían los resultados en entredicho por estas circunstancias?
Es de esperarse que la discusión en México irá también en ese sentido conforme avancen las campañas. Ciertamente, y de por sí delicada, la situación hubiera sido nucho más compleja de no haberse dado el nombramiento de los integrantes que faltaban para completar el Consejo del INE.
Por momentos todos apuntaban a un proceso descarrilado, pero al final se logró la aprobación con amplio consenso. sin duda, un buen trabajo del Comité Técnico y de la Cámara de Diputados que, en el contexto de la pandemia, adquiere una enorme importancia para nuestra frágil democracia.
y es aquí donde surgen alguna interrogantes que seguramente serán decisorias para el proceso electoral 2021:
¿La pandemia estará realmente domada?, ¿Ya tendremos vacuna y ya estaría aplicándose en nuestro país?, si los contagios siguen vigentes, así como los decesos, ¿saldría la gente a votar a pesar de todas las medidas que, seguramente, implementaría el INE y el IEE?, si la gente no sale a votar ¿qué partido y qué candidato se verían beneficiados?, si la gente sale a votar, ¿qué partido y qué candidato se vería beneficiado? ¿cómo serán las campañas y las votaciones en tiempos de Coronavirus?