Por: Ray Zubiri
En sus puestas en escena utilizan la sátira, la farsa y la música para hacer crítica social y política, aderezada con humor de todos los colores y sabores, llevando siempre a la disidencia y reflexión sobre el día a día de nuestro México lindo.
Por su mente siempre pasó la idea de estudiar en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, las relaciones internacionales o comunicación y periodismo, pero el teatro llamó poderosamente su atención y estudió la carrera de actuación del Foro Teatro-Contemporáneo, convencida de que el uso transformador del arte y la cultura son la llave maestra para la creación de una mejor sociedad, incluyente y equitativa.
Durante la charla le pregunte qué significaba ahora ser política, siendo que es lo que más criticaba en sus shows, y me dijo: “no formo parte de lo que he criticado, formo parte del mismo movimiento del cual impulsé y se hizo gobierno, de hecho te voy a contar, cuando me ofrecieron ser diputada plurinominal se vino a mi mente la cantidad de cosas que se pueden hacer en la agenda del tema de cultura, diversidad y de género, fueron 15 minutos lo que me tardé en tomar la decisión, pero te confieso que me daba vergüenza querer ser diputada, porque de por sí los políticos tienen una fama de la fregada y los diputados tantito peor. Platiqué con mi esposa y le dije ´siento vergüenza y me choca querer’ y me dijo ‘hace 20 años tú y las Reynas Chulas se dieron a la tarea de redignificar la palabra cabaret, en ese tiempo cabaret era otra cosa, hoy la han enmarcado en otro sentido, hoy te toca redignificar la palabra diputada y la palabra política, entonces no tengas miedo’”… y así empezó la nueva faceta de la actriz, ahora llamada Dipuchula.
Al final del día pensar en la equidad en todas sus aristas, porque los artistas son parte de la sociedad y no de un grupo de elite, de las primeras acciones que se llevaron a cabo en esta legislatura fue meter un punto de acuerdo para exhortar a la Compañía Nacional de Teatro a que no se fije en el color de piel para invitar a nuevas personas a pertenecer a su elenco, porque en la escena había puros blanquitos, mientras que en la calle hay de todos colores, fue un primer paso pero ya empezó.
Recordaba cuando en un año hicieron una medición de público y resultó que Las Reinas Chulas tenían más audiencia a sus espectáculos que la propia Compañía Nacional de 50 elementos, una compañía independiente sin subsidió, sólo viviendo de la taquilla, la gente asistía a verlas porque se identificaba, porque le gustaban los temas que se abordaban en la escena, mientras que el teatro hablaba de otras cosas.
Algo que es ley en las alcaldías de Ciudad de México y debería replicarse en el país es que toda persona encargada de algún puesto relacionado con la cultura tiene que ser especializada en la materia. Y la verdad ¡respetable lector! si les contara cuánta gente me he encontrado como funcionarios que no rebuznan porque no se saben la tonada, que están allí porque es el puesto que les dieron por ser parientes o amantes de alguien.
Me sorprendió sobre la participación de Las Reinas Chulas por primera vez en la historia del Festival Cervantino, pues al fin llegará el cabaret político a hacer acto de presencia en un escenario cultural tan importante del país.
Ana Francis Mor preside la Comisión de Igualdad y, desde esa tribuna, ha obtenido varios logros. Ha conseguido que diversas demandas sociales se conviertan en iniciativas de ley y ahora están en proceso de ser aprobadas.
La columna de esta semana ha terminado pueden ir en paz.
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