Gustavo Monterrubio Alfaro
El fiscal estatal coronel José Barajas Mejía declaró que desconoce el motivo de los disturbios en Tabasco; asumió el cargo apenas el pasado siete. Parece nuevo en el oficio, porque al no haber sido detenido un jefe mafioso, al no haber persecuciones de la fuerza pública u órdenes de aprehensión por ejecutar ni operativos en contra de los mismos, por eliminación, sólo resta la posibilidad que el gobierno entrante y específicamente su nombramiento, es el causante del caos que se vivió ayer en la capital del estado y sus alrededores, que es simbólico porque allí nació AMLO, no obstante de momento no encuentro relación alguna con él, porque no residirá aquí, se irá un poco más lejos, a la Chingada; ignoro si ya se hospeda en esta finca.
Los actos vandálicos que se sucedieron sincronizados y en cadena, son al menos de un grupo criminal inconforme con el nombramiento del fiscal, del que no espera buen trato, protección, sino persecución.
El modus operandi es inconfundible: quema de automotores privados y de servicio público, camiones repartidores y comercios, balaceras.
El saldo es de pérdidas millonarias, por el cierre de negocios, la suspensión de actividades educativas y en dependencias públicas, y por la acción directa de los vándalos, que son menores, porque en mi opinión, todo lo que cuesta sólo dinero es barato, lo realmente costoso es la parálisis social y el sentimiento de impotencia, vulnerabilidad e inseguridad que deja secuelas psicológicas y traumáticas en los adultos y profundas en los infantes.
Afortunadamente, sí hay margen para la fortuna, sólo tres personas resultaron heridas: dos policías municipales y el pasajero de un autobús Sultana que circulaba entre Villahermosa y Teapa.
No recuerdo que en hechos similares se haya disparado a un autobús de pasajeros, a menos que le hayan querido obligar a detenerse y el chofer ignoró la orden.
También creo que este acto reprobable, aunque indirecto, lanza un desafío al flamante secretario de seguridad federal, Omar García Harfuch, como si le midieran el agua a los camotes.
Ignoro la razón que impide la formación de grupos élite de reacción rápida, dotados de dispositivos tecnológicos de punta, con la capacitación adecuada, seleccionados rigurosamente y con salarios y prestaciones a la par del riesgo, en cada una de las entidades federativas, para atender este tipo de emergencias, sea con elementos de una, dos o las tres ramas del ejército, con policías estatales y/o municipales o conjuntamente con las fuerzas de los tres niveles de gobierno.
En Tabasco operan tres grupos criminales: el Cártel Jalisco Nueva Generación, el Cártel del Noroeste y Los Panteras, que se disputan el control del narcomenudeo, el secuestro y la extorsión. (Wikipedia)
Me inclino a conjeturar que el protagonista de la alteración del orden público fue el grupo Los Panteras.
Este incidente vuelve a poner sobre la mesa el tema de la estrategia para combatir a los grupos delictivos.
Claudia Sheinbaum presentó hace unos días su programa de seguridad, que se articula en cuatro ejes: prevención, atención a las causas, inteligencia y presencia. No es diferente al que aplicó y defendió obstinadamente AMLO, excepto que se crea la Subsecretaría de Inteligencia e Investigación Policial (SIIP).
No soy pesimista, pero no creo que dé resultados espectaculares, salvo que se manipulen los indicadores delictivos, porque no se están considerando las principales variables que estimulan y alimentan las actividades ilícitas.
1) Mientras la demanda de sustancias estimulantes se mantenga estable o se incremente, siempre habrá alguien dispuesto a satisfacerla, aún arrostre el patíbulo.
2) En tanto el principal consumidor de narcóticos, Estados Unidos, imponga su punitiva y fracasada estrategia: culpar a factores exógenos (grupos criminales que operan en países productores, de tránsito y exportadores), y no atienda el origen interno (combatir a las mafias anglosajonas, el lavado de dinero y el tráfico de armas y ser laxo con el comercio interno de estupefacientes; los nulos programas de rehabilitación para adictos; la irrestricta y superabundante disponibilidad de sustancias estimulantes en las calles, etc. ¿Cómo se explica que a diario ingresen toneladas de drogas de todos los colores, olores, sabores y efectos, se almacenen y distribuyan impunemente en las calles de toda la geografía nacional? La única respuesta posible es la profunda corrupción que penetra como la humedad en las más altas esferas gubernamentales hasta el narcomenudista callejero.)
3) Mientras Estados Unidos siga siendo el principal beneficiario del lavado de dinero, del tráfico de armas y estupefacientes, ellos seguirán poniendo la diversión y los muertos por excesiva disponibilidad de narcóticos, y nosotros seguiremos siendo los idiotas de la tragicomedia, porque seguiremos asumiendo el costo más alto y macabro: la destrucción del tejido social, la devastación de patrimonios, los heridos y lisiados, los expulsados de sus hogares y tierras, los asesinados, desmembrados, secuestrados y desaparecidos, por los líos entre grupos criminales y de éstos con la fuerza pública, que suele aplicar la estrategia estándar a nivel mundial: proteger a unos y combatir a otros; en esta guerra de todos contra todos, en medio quedamos los ciudadanos que no tenemos vela en el entierro.
De segur este escenario, no habrá programa ni estrategia ni recursos humanos y materiales, para reducir a niveles tolerables la espiral de violencia.
4) Si no se cuenta con un sistema judicial sólido, eficiente y honrado, va a continuar la siniestra estrategia de la puerta giratoria: la fuerza pública atrapa criminales y éstos son liberados por la misma puerta por jueces corruptísimos, que reparten amparos como repartir caramelos en Halloween.
5) La negociación con grupos criminales debe ser una opción en la estrategia para pacificar al país, porque nada es más importante que el bienestar y la tranquilidad de las y los mexicanos, y lo que sí es inmoral, trágico e irresponsable es abdicar a una de las obligaciones primigenias del estado: brindarnos seguridad, paz y tranquilidad en nuestros bienes, tránsito y persona.
Desde hace décadas hemos propuesto la negociación con los grupos criminales y todos los gobiernos han volteado para otro lado.
En este tenor, una mujer, que sabe lo que afirma, porque vive en un país que pasó por épocas de crueldad y violencia inenarrables, le sugiere a Sheinbaum:
“Gloria Cuartas, asesora del presidente Petro en temas de paz, asegura que el narco sólo sale fortalecido en las guerras en su contra y que una opción en la estrategia de seguridad de Sheinbaum es negociar judicialmente con el crimen organizado.” Proceso.
Pues bien, ahí están los peligrosos eventos que tienden a escalar y este gobierno ya no tiene margen para experimentar y fallar, porque el estoicismo azteca está alcanzando el máximo tolerable, y cuando Juan Pueblo se encabrona y se mueve, no hay fuerza humana que lo contenga.
“Madero ha soltado al tigre, veremos si puede con él.” Dicen que Porfirio Díaz soltó esta frase, justo cuando se disponía a abordar el Ipiranga.