EN LAS NUBES
Carlos Ravelo Galindo, afirma:
Este día, con las 500 –quinientas- conferencias presidenciales matutinas, ejercicio de comunicación política con México se ha reforzado la esperanza de los que votaron –nos incluimos—por él en 2018.
Se debe reconocer que no cualquier presidente en el mundo, sale todos los días a las siete de la mañana, a informar. A rendir cuentas de su gestión.
Qué no hay censura previa, ni condicionamiento alguno a las y los periodistas que le hacen libremente todo tipo de preguntas.
Habla de los temas que preocupan a las personas. De pie, desde un podio, sin acordeones, informa, dialoga, regaña, debate, reta, arenga.
Orienta. Propone. Sugiere. Reconoce. Premia.
Critica y aplaude.
Una. Dos y hasta tres horas, cambia puntos de vista con el pueblo.
Una demostración de conocimiento de la labor que desarrolla, en beneficio de todos, Hayan o no votado por la 4T.
Prólogo para seguir con otro tema. También válido.
Desde 1911, en varios lugares del país se conmemoró el 20 de noviembre como el inicio de la Revolución.
En 1936, el Senado de la República promulgó el decreto que instituyó la fecha como una conmemoración nacional.
Día de fiesta y solemne para toda la Nación. Y la Bandera Nacional deberá izarse a toda asta nos recuerda, en el Diario Oficial de la Federación que edita la secretaría de gobernación, el Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México.
Agradecemos al abogado Jorge Alberto Ravelo Reyes, nos envíe el documento.
Leamos tal cual:
“280 DIARIO OFICIAL. EL 20 DE NOVIEMBRE ES EL ANIVERSARIO DEL INICIO, 1910, DE LA REVOLUCIÓN MEXICANA.
El 20 de noviembre se conmemora el inicio de la Revolución Mexicana en 1910, acontecimiento central de nuestra historia.
Con ella se puso fin al gobierno dictatorial de Porfirio Díaz y se sentaron las bases para el desarrollo de México en el siglo XX.
En respuesta al Plan de San Luis, promulgado por Francisco I. Madero el 5 de octubre de ese año, llamando a tomar “las armas para arrojar del poder a las autoridades que actualmente gobiernan”, el 20 de noviembre se dieron levantamientos aislados, significativos del inicio de la lucha por la democracia que convocó Madero.
En Chihuahua, Toribio Ortega se sublevó con 18 hombres en la región de Ojinaga.
Guillermo Baca y sus hombres atacaron la plaza de Hidalgo del Parral.
José de la Luz Blanco hizo lo mismo en Ciudad Guerrero.
Pascual Orozco asaltó la casa del jefe de seguridad pública en San Isidro.
Francisco Villa y Ceferino Pérez, bajo las órdenes de Cástulo Herrera, lograron reunir alrededor de doscientos hombres, que operaron con éxito en los días siguientes.
En la comarca lagunera, Sixto Ugalde, Jesús Agustín Castro, Orestes Pereyra y otros correligionarios combatieron en la ciudad duranguense de Gómez Palacio.
En Culiacán, Sinaloa, Ramón F. Iturbe y Juan Banderas atacaron la guarnición federal.
En Veracruz, Rafael Tapia, seguido por algunos hombres, hostigó a la guarnición de rurales en los límites con Puebla.
Así lo hicieron también Cándido Aguilar y Rosendo Garnica en Paso del Macho.
En el Distrito Federal, Puebla, Jalisco, y en varios lugares más del centro del país, el 20 de noviembre concluyó en completa calma.
En la capital de la República, los jefes maderistas que planeaban encabezar la rebelión estaban encarcelados.
En Puebla el levantamiento armado fue sofocado dos días antes, con el asesinato de Aquiles Serdán.
Madero, por su parte, se encontraba a orillas del Río Bravo y fracasó en su intento de pisar territorio nacional por la poca gente que logró reunir.
No obstante, el levantamiento continuó en Chihuahua y pronto se extendió a buena parte del territorio nacional.
El gobierno de Porfirio Díaz no fue capaz de contener un levantamiento armado que pronto se transformó en una revolución popular, masiva y mayoritariamente rural, que luchaba por las libertades políticas y por el derecho a la posesión y el usufructo de la tierra.
El gobierno del dictador Díaz fue derrotado militar y políticamente por la revolución y tuvo que renunciar a la presidencia de la República, en mayo de 1911.
Desde 1911, en varios lugares del país se conmemoró el 20 de noviembre como el inicio de la Revolución.
En 1936, el Senado de la República promulgó el decreto que instituyó la fecha como una conmemoración nacional. Día de fiesta y solemne para toda la Nación. La Bandera Nacional deberá izarse a toda asta. Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México.
Nosotros marcamos copia a la SEP para que entere a nuestros muchachitos.