José Antonio López Sosa
La política mexicana se ha dividido en dos, los que están con el presidente López Obrador, es decir, los votantes de MORENA y sus partidos rémoras y, los que están contra el presidente López Obrador, los votantes de la alianza PRI-PAN-PRD y sus rémoras.
De un lado y del otro llaman al voto útil y califican de inútil el voto que no sea para su coalición o su(s) partido(s).
¿Quién es el ganador antes de las elecciones?, definitivamente el propio presidente López Obrador que a tres años de mandato, sigue siendo el personaje principal entorno a las elecciones aún sin estar en la boleta. La elección del domingo próximo pareciera tratarse de estar con o en contra del propio López Obrador, de su «cuarta transformación» y de sus propias ideas (u ocurrencias) políticas.
Como desde hace 18 años, López Obrador sigue crispando los ánimos, encendiendo los debates y causando ceguera en la sociedad, sí, esa ceguera que hace que sus creyentes lo vean como un ente casi teológico y sus adversarios le aborrezcan aún más, fuera de toda proporción política ambos extremos.
Definitivamente el resultado electoral del domingo próximo es importante, muy importante para la vida política nacional en los próximos tres años. El control de la cámara de diputados está en juego y haciendo honor a la verdad, ni los unos ni los otros cumplieron o han cumplido. El congreso y en particular la cámara baja, lleva años siendo una tribuna de representación de intereses particulares, en momentos una oficialía de partes del gobernante en turno y de pronto en un circo de tres pistas donde se debaten temas de las élites políticas y al final, muy en el fondo, las necesidades reales de los ciudadanos.
Es un triste dilema el que tenemos el próximo domingo, ambos extremos llaman al voto útil, ambos también acusan al otro de un voto inútil. Ninguno de los actores políticos, ni de un lado ni del otro representa una garantía para salir adelante de este enredor político y polarizador en que el propio presidente López Obrador nos ha metido y, donde han caído sus odiadores que se muestran tan radicales como él mismo en el discurso de odio.
Considero que no hay voto útil y no hay voto inútil. No acepto esa polarización que califica y descalifica. Creo firmemente que como periodista es irresponsable, poco profesional y descarado, pedir el voto hacia un lado o hacia el otro.
La democracia es la coexistencia, la democracia es votar por quien cada ciudadano quiera, la democracia es negociar y llegar a acuerdos donde quepamos todos, independientemente de por quién votemos y en quién creamos.