José Antonio López Sosa
Prendí el televisor y sintonicé CNN en Español, decenas de entrevistados en Miami solidarizándose con las manifestaciones en Cuba, hablando de la importancia de la intervención de los Estados Unidos en el proceso de libertar a Cuba y de lo caduco que está el régimen revolucionario.
Le cambié al televisor y puse el canal RT en Español. Ahí hablaban con mucha seguridad del invervencionismo extranjero en las protestas cubanas, de la intervención clara luego de la declaratoria del presidente estadounidense Joe Biden y de la defensa a la soberanía que encabeza la gente afin a Díaz Canel.
Decidí poner NTN24, ahí acusaban al gobierno de Cuba de represores, de estar en un estado dictatorial donde se golpea a los disidentes y a los que osan protestar contra el gobierno de Cuba. Dejan ver la importancia que tendría la intervención de los Estados Unidos para salvar a la isla.
Finalmente le cambié a Telesur, donde insinuaban terrorismo desde los Estados Unidos hacia Cuba, apoyando a los que protestan y como parte de una campaña internacional de desestabilización a la revolución cubana.
En 4 canales informativos internacionales, me encontré con 2 Cubas distintas, nada que ver la una con la otra, con ese dejo editorial que a veces lejos de informar, confunde. Me refiero a sus resúmenes informativos, no hablo de algún colega periodista en específico sino el mensaje que claramente se emite desde las redacciones.
La Cuba número 3 es la de verdad, la de las calles que no queda claro como está. Suponiendo sin conceder, que los Estados Unidos o alguien estuviese financiando u organizando las protestas, al final del día tienen sustento. Si no hubiera escasez ni problemática económica y social, por más dinero que invirtieran, la gente no saldría a las calles, es lo que no ve el gobierno de Díaz Canel.
Por otro lado, incovar a la confrontación en las calles como lo pide Díaz Canel, en el sentido de «salir a defender la revolución», además de irresponsable es peligroso, a nadie le conviene una mayor polarización y un enfrentamiento social, cuando la labor del gobierno es resolver y negociar, no incitar a más violencia.
¿Qué tienen que ver los de Miami?, ¡nada!, ¿qué tienen que ver los de Venezuela?, ¡nada tampoco!, es un asunto que la sociedad cubana debe reclamar y que el gobierno cubano debe negociar, si es que quieren acercarse a lo que significa una democracia moderna.