José Antonio López Sosa
BOGOTÁ, COLOMBIA.- Viajé a este país porque en estos días, se celebraría la Vitrina Turística ANATO 2021, se cambió de fecha de último momento y no me quedó más que viajar por haber tenido todo arreglado.
Me encontré con una ciudad de Bogotá en cuarentena y en paro nacional el día que llegué, miles de bogotanos salieron a protestar por la reforma fiscal que propuso el presidente Ivan Duque, además de los toques de queda los fines de semana, que tienen a la economía al borde del colapso y, las camas de hospital desbordadas como producto de la pandemia de SARS-CoV-2.
La reforma que inicialmente propuso el presidente Duque, buscaba gravar las pensiones, crear un impuesto solidario deducido del salario, elevar el IVA, subir el impuesto a los combustibles, en fin, una serie de medidas que presionaría aún más, los ingresos de los colombianos, mermados por la crisis producto de la pandemia.
La policía y el ejército estuvieron en las calles, disolviendo las protestas, el antagonismo de lo que ocurre en México pero sin ser mejor o peor.
Finalmente el domingo pasado, el presidente Duque puso en espera la reforma y la envió al Congreso para que se revise y se determine en qué puntos cambiará. Esto no significa que se haya echado atrás, simplemente se ganará tiempo y se negociarán posiblemente algunos puntos.
El toque de queda se respeta en algunos sitios, los de clase media alta sobre todo, pero en las zonas populares los comercios abren de forma clandestina ante la mirada omisa de las autoridades, de cualquier modo los toques de queda y cuarentenas obligatorias no han funcionado, el país está en su peor etapa de la pandemia de acuerdo al registro de contagios, hospitalizados y fallecidos.
Iván Duque muestra el lado represor del estado, una idea de sacar dinero de donde no lo hay, de la gente, buscando a toda costa engrosar los ingresos a través de los impuestos, cuando se atraviesa por una de las peores crisis económicas en la historia de la región.
La tragedia colombiana apenas comienza, va más allá de posiciones ideológicas y políticas, se trata del exceso del gobernante y la falta de preocupación por los gobernados, así como en México, aca la izquierda y allá la derecha, los abusos de la clase política son universales en América Latina, no tienen que ver con derecha o izquierda, con capitalismo o socialismo, como muchos aseguran.