José Antonio López Sosa
La pandemia del SARS-CoV-2 trajo una crisis nunca antes vista sobre todo para el sector turístico a nivel global. Los aviones aterrizaron, los hoteles cerraron y los viajes se pospusieron de forma indefinida, el mundo se cerró y contados países mantuvieron sus puertas abiertas para viajes no esenciales.
Entre estos países favorecidos por la coyuntura está México, que nunca cerró sus fronteras (no por temas turísticos) y ello le permitió llegar al tercer lugar de los países más visitados del mundo durante el período de pandemia en el año 2020, coincidió con que los estadounidenses prácticamente no podían viajar a ningún otro país, pero México quedó abierto, a partir de junio y julio del año pasado con sus playas, sus destinos y ciudades, por lo mismo el turismo creció y a pesar del nulo apoyo del gobierno federal y de la inexistente promoción turística desde diciembre de 2018, llegaron más visitantes que a otros países.
Esto fue claramente coyuntural, sin embargo las autoridades turísticas federales se atribuyen el milagro como si fuese sido obra de sus acciones.
La coyuntura hoy está favoreciendo a algunas entidades de la Unión Americana, entre ellas Texas, donde cientos de mexicanos viajan todos los días, presumiblemente a recibir la vacuna contra el SARS-CoV-2. Evidentemente este turismo de vacunas que no se confirma ni se prohíbe por las autoridades federales y estatales (en el caso de Texas, Nevada, California y Louisiana), está reactivando la economía, aumentando las frecuencias aéreas con nuestro país y dando una bocanada de aire fresco al turismo en aquellas entidades. Estos miles de visitantes no obedecen a la promoción turística ni a las acciones de difusión de los destinos, al igual que el caso mexicano, son producto de la coyuntura y del mismo modo, no faltará quien quiera atribuirse el milagrito de la reactivación.
Nueva York planteó abrir el turismo de vacunación de manera formal, esto marcaría un cambio en el escenario internacional, porque a pesar que no hay impedimentos para vacunarse en estados como Texas (para los extranjeros), aún está en el límite de lo permisible.
No ha faltado el abuso: agentes de viajes que venden paquetes expresamente para vacunarse, donde incluso cobran por las citas (que a todas luces son gratuitas) e incluso por el hecho de vacunarse (cuando las vacunas son gratuitas en los Estados Unidos y no están a la venta), pero esa mendacidad no asombra, siempre han existido en esta y otras industrias este tipo de excesos.
La coyuntura de la apertura mexicana tiene una caducidad próxima, el mundo está abriéndose de forma paulatina y los competidores están regresando.
La coyuntura de vacunación en Texas y otras entidades está en apogeo, dependerá de cada estado y ciudad si quiere entrarle al tema para beneficiar y reactivar la economía y el turismo o, creer en el exceso de confianza que todo se da sin esfuerzo. Es un tema complejo pero es una realidad que existe ya y, el único que en el corto plazo parece que la aprovechará es Nueva York.