José Antonio López sosa
Comenzamos este año con la inercia de los anteriores, cada quien en sus labores, la planeación, los proyectos, los altos y bajos de una crisis de la que nunca salimos en México, pero nadie, absolutamente nadie esperaba que una pandemia global nos paralizara.
El periodismo seguía su curso, sorteando los pormenores de la cuarta transformación que no es amante del periodismo crítico, más bien le gusta a modo.
Hicimos las coberturas anuales de Madrid en enero, Bogotá en febrero y dos días antes de salir a Berlín, el confinamiento llegó, ahí todo quedó en pausa y la mayoría, independientemente de a qué nos dediquemos, volvimos al hogar, a cuidarnos del otro, a temer por un virus que no teníamos muy claro de donde venía y hacia dónde iba.
Hay muchos aprendizajes en este año, más que aborrecerlo o borrarlo como muchos quisieran, nos quedan momentos, buenos y malos. Siento mucho a cada una de las familias que perdieron a un ser querido como producto del SARS-CoV-2, nadie lo esperaba y nadie estuvo (estuvimos) preparados para esto. También es terrible pensar en quienes perdieron su empleo, sus ingresos o sus negocios durante esta pandemia.
Quienes sobrevivimos y conservamos nuestro empleo, somos afortunados, en lo personal tuve la oportunidad de ampliar la convivencia con mi familia, reflexionar sobre la labor que hacemos los periodistas y trabajar sin cesar desde casa, llamando, entrevistando, conectándome al mundo para evitar ser un reportero de google.
Agradecido estoy con mi país, México, al que pude re descubrir desde el mes de julio y hasta diciembre, visitando rincones que por la cotidianeidad y el exceso de coberturas internacionales había dejado de lado en las coberturas periodísticas. Nuestro país es un inmenso mundo de destinos, colores, aromas, un mosaico cultural impresionante que merece la pena vivir a cada día. Lamentablemente no puedo decir lo mismo del gobierno de México, tristemente.
Agradezco primero que nada a mi familia, a Lorena, mis hijos, mis padres, mi suegra, que hicimos un núcleo más sólido durante toda la pandemia gracias a vivir en el mismo edificio. A mis amigos Gerardo Toledo, Raúl Valderrama, Roberto Payán, Jorge Zarco, Jorge Zarco jr., Arturo Balmaceda, Eduardo Nava porque sin esos martes, el confinamiento no hubiese tenido esos tonos de color intenso que nos permitieron a todos, sobrellevar la realidad. A Grupo Fórmula por la confianza en nuestro equipo de trabajo durante todos estos años para seguir llevando nuestras emisiones Itinerario Turístico y De Viaje en Fórmula, con un reto mayúsculo de contribuir a la reactivación segura del turismo en el país. A Diario Imagen por todos estos años de permitirme este ejercicio de libertad, denuncia, investigación y hasta catarsis a través de esta columna diaria. A personas cercanas e importantes que nutren y alimentan este sentido periodístico Fernando Mora Guillén, Enrique Lazcano, Miguel Bárcena, don Rafael Loret, Roberto Gaudelli. A SS Media y a Juan Pablo Hernández por el empeño en seguir adelante con nuestras ediciones US Traveler y Trade News. A mis colegas Edgar Morales «El Castor» y Marco Daniel Guzmán por este Altavoz Turismo que nos permite diseccionar con sutileza, acidez y precisión a la industria turística cada semana.
Gracias a cada uno de los lectores que sigue esta columna, a todos un feliz año 2021 que nos traiga menos sinsabores y más alegrías de lo que fue este vertiginoso año 2020, año de aprendizajes.