José Antonio López Sosa
Aunque se celebre con bombo y platillo un aniversario más de la expropiación petrolera, el petróleo en México es y ha sido de unos cuantos a lo largo de nuestra historia.
Aquella utopía de Lázaro Cárdenas lamentablemente no se hizo realidad, la renta petrolera y sus beneficios han sido canalizados para un sector y no por completo al pueblo de México.
¿Cuántos escándalos de corrupción han rodeado a Petróleos Mexicanos (PEMEX) y su sindicato a lo largo de su existencia?, ¿cuanto robo y saqueo ha sido tolerado bajo la bandera de la soberanía energética?
Y no está mal defender la soberanía petrolera, lo malo radica en que sin privatizarla, haya gestado fortunas inconmensurables como la de Joaquín Hernández Galicia «La Quina» o Carlos Romero Deschamps, ambos líderes del sindicato petrolero. Cuando desde la dirección de PEMEX se han desviado millones de pesos a raudales, como fue el afamado caso del «PemexGate» para la campaña de Francisco Labastida Ochoa en el año 2000 o lo que hoy declara el «testigo protegido» Lozoya Austin.
A los mexicanos nos ha tocado de la renta petrolero, lo que los gobiernos en turno han deseado, lo demás, fue saqueado con la venia del estado mexicano.
El último capítulo de esta triste historia de corrupción es que el presidente López Obrador, prácticamente indulta a Romero Deschamps a cambio de su renuncia, es decir, el ex líder petrolero se irá sin rendir cuentas ni devolver todo lo que saqueó de la renta petrolera nacional, y ahí el presidente López Obrador calla, como si su perdón fuese expiatorio y los ciudadanos no debiésemos reclamar justicia.
El petróleo en esta país ha sido de unos cuantos. Tras la reforma energética de Peña Nieto se compartió un poco con los privados en contratos leoninos, pero nunca, en la historia desde 1938, ha sido por completo para el pueblo de México.
Los demás son discursos patrioteros y electoreros.