Después de sus designaciones, ¿cómo arrancan Lalo y Armenta?

Victor de Regil

 

En este espacio hemos sido muy críticos sobre la poca credibilidad que tienen las encuestas púes, en los últimos años, han funcionado más como un instrumento propagandístico, que responden a los intereses de quienes los contratan a verdaderos mecanismos de medición que representen el sentir ciudadano en un momento determinado. Pero, lamentablemente, es la única herramienta que aún existe para saber, más o menos, donde estamos parados.

Entendiendo lo anterior, el 2023 cierra con números que dan  ventaja al morenista Alejandro Armenta, quien encabeza las preferencias hacia la gubernatura de Puebla. Y lo hace en una carrera en la que, hasta ahora, ha ido prácticamente solo, por el proceso interno de su partido, Morena, y porque todavía no arranca, con la energía que se supone es capaz de desplegar, su contrincante, el panista Eduardo Rivera Pérez.

Respecto a las casas encuestadoras que han hecho distintas mediciones, se han publicado ya al menos dos encuestas que ponen como puntero indiscutible al senador. Incluso, en una de ellas, la medición de la casa Enkoll para el diario El Universal, Alejandro Armenta lidera con 48 por ciento de preferencia bruta.

Por su parte, en segundo lugar, está Eduardo Rivera Pérez, desde hace unos días, ya podemos decir que es formalmente precandidato de la alianza del PAN, PRI, PRD y el local Pacto de Integración Social (PSI), con 31 por ciento.

Lo que tiene que ver con la referencia partidista, Morena encabeza con 49 por ciento de la intención de voto.  El PAN luce muy rezagado, con el 19 por ciento. En un tú a tú entre ambas marcas, hay una diferencia de 30 puntos.

En lo que respecta a la suma de fuerzas, los números son los siguientes: Morena (49%), PT (2%), PVEM (3%) y Nueva Alianza (1%): 55%. PAN (19%), PRI (9%) y PRD (2%): 30%.

A reserva de lo que aporten Fuerza por México a la alianza encabezada por Morena, y el PSI a la coalición liderada por el PAN, la diferencia es de 25 puntos.

El anterior estudio tuvo como base mil 13 entrevistas efectivas a hombres y mujeres con credencial de elector vigente, entre 9 y 12 de diciembre.

La empresa Enkoll, de Heidi Osuna ha resultado de las más certeras en los procesos nacional y estatal de Puebla, en la selección de candidaturas de la Cuarta Transformación (4T).

Al menos hasta la presentación de dicha encuesta, la ventaja de Alejandro Armenta luce amplía sobre el aspirante de la edición poblana del Frente Amplio por México.  Ciertamente, los números presentados no pueden considerarse sorprendentes, pues Alejandro Armenta tiene un trabajo de más de tres décadas en todo el estado.  Constante, ininterrumpido e intenso, situación que debemos reconocer.

Además, recientemente se dio el triunfo en un complicado proceso interno en su partido, que concluyó el 10 de noviembre pasado con su victoria en las tres encuestas (una oficial y dos espejo), que realizó la dirigencia de Morena y que le dio alta exposición mediática.

De igual forma, no podemos desviar la mirada a los cientos de millones de pesos que gasto en publicitarse en bardas, revistas, lonas, espectaculares y medios de comunicación por todo lo largo y ancho del Estado.

Así, es inevitable analizar las cifras con la consideración de que Eduardo Rivera no ha desplegado todavía una campaña de recorridos en el estado.  Ni tierra ni mucho menos aire, a diferencia de Armenta, que sí ha tenido ambos.

Es más, Eduardo Rivera por varios meses se mantuvo prudente respecto de la posibilidad de convertirse en abanderado opositor a la gubernatura.

El panista es un aspirante que recién arrancará formalmente este 25 de diciembre, con el inicio oficial de las precampañas.

La batalla Alejandro Armenta vs. Eduardo Rivera comenzará entonces y ahora sí sin titubeos y sin eufemismos. Las mediciones serán probablemente distintas en unos meses y las de hoy no deben tomarse como una referencia definitiva. Mucho menos como algo concluyente.

Ya hemos visto que diferencias similares en anteriores comicios no determinaron el resultado de la elección.

Candidatos que arrancaron con ventaja, incluso con amplía ventaja, acabaron mordiendo el polvo. Entre Lalo y Armenta, así termina el 2023. Veremos como inicia el 2024 ya con una precampaña formalmente iniciada.