Desastre económico en el ayuntamiento de Puebla

Victor de Regil

 

Era un secreto a voces pero, finalmente, ha salido a la luz el desastre económico que dejará el actual gobierno de la capital de Puebla, encabezado por Adán Domínguez, al próximo alcalde José Chedrui. Ya se había advertido repetidamente del fuerte ruido en la transición gubernamental en el municipio de Puebla.

La realidad es que las cosas no pintan nada bien para la ciudad capital ni para el equipo del excandidato a gobernador y ex alcalde Eduardo Rivera. Y es que la operación política que echó a andar el presidente municipal para conseguir la aprobación del Cabildo y luego del Congreso del estado, para poder contratar un crédito por 600 millones de pesos, a escasos días del cambio de administración, a fin de liquidar pagos pendientes a proveedores, no sólo tomó por sorpresa a José Chedraui, sino que causó verdadera irritación.

Y es que se rumoraba que el edil electo estaba al tanto e incluso que avaló tal solicitud de endeudamiento; sin embargo, tal especie resultó una mentira, lo que causó todavía más molestia, pues José Chedraui no está al tanto ni lo avala.

De hecho, se ha ausentado de las últimas dos reuniones de transición precisamente porque han resultado una pérdida de tiempo: les informan lo que quieren y los escasos datos que se proporcionan, son parciales e insuficientes.

Se estima que el hoyo financiero del gobierno municipal es superior a los 380 millones de pesos. Esa cifra es la que supuestamente se debe a los proveedores y contratistas, muchos de los cuales llevan meses sin obtener un solo pago por los trabajos realizados. Sin embargo, se requerirían otros 300 millones de pesos para que José Chedraui pueda garantizar la operación normal del ayuntamiento en los primeros días de su administración.

Se sabe que el equipo de Adán Domínguez no había proporcionado al de José Chedraui los estados financieros reales de la comuna. Mismos que se han solicitado varias veces. El futuro secretario de Gobernación municipal, Franco Rodríguez, aceptó que el famoso crédito por 600 millones de pesos los tomó por sorpresa.

Incluso, el propio gobernador electo, Alejandro Armenta, fue muy claro al señalar que no habrá fobias ni persecución, pero tampoco impunidad. Dijo que el Ayuntamiento de Puebla debe explicar el uso que dio a más de 6 mil millones de pesos de presupuesto en tres años y por qué se está planteando recurrir a dicho crédito. Y recordó que la palabra final será, en todo caso, del Congreso del estado, con mayoría de diputados de Morena y sus partidos aliados.

El gobernador Sergio Salomón anunció un plan urgente de bacheo nocturno en la zona metropolitana de Puebla, lo que evidentemente se leyó como un reproche directo a la ineficiencia, desidia y omisión del ayuntamiento capitalino y de quienes lo controlan, mismos que desde el pasado 2 de junio, cuando perdieron las elecciones, bajaron los brazos y dejaron que Puebla se convirtiera en una ciudad sin rumbo.

Hay enorme preocupación en José Chedraui, Sergio Salomón y Alejandro Armenta por lo que están viendo en el gobierno municipal de Puebla, mientras Eduardo Rivera se pasea alegremente por todo el país buscando acomodo en algún “hueso” dentro del nuevo CEN del PAN.

Se habla de fuertes diferencias entre Eduardo Rivera y Adán Domínguez por diversos temas como el pago de los compromisos de la fallida campaña del primero, el sistema Parkimóvil, la venta de autos chatarra, el helicóptero Arcángel, el chabot Ángela y diversos contratos de obra pública, así como numerosos pendientes que Chedraui va a tener que enfrentar y resolver.

Hasta hoy Adán ha sido leal, pero tampoco es ingenuo y no va a asumir toda la culpa, pues los problemas vienen desde la gestión de Rivera, al cual la Auditoría Superior del Estado ya le observó sus cuentas públicas por cifras millonarias.

Hubo excesos, malas decisiones y seguramente abusos, mismos que, como ya advirtió Alejandro Armenta, no quedarán impunes.