DANY DHARMA nació en México, D.F. Es instructor de meditación, coach de vida y escritor. Contador público y auditor, egresado de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Su inquietud y curiosidad lo llevaron a incursionar en la literatura en el año 2015, participando en diversos talleres de estilo y género, cuento, poesía, ensayo y escritura lúdica. Su primer cuento, titulado “El observador”, apareció publicado en diciembre 2016 en el libro Cuentos de la 5 Oriente – Nuevos cuentistas poblanos (Editorial El billar de Lucrecia). Sus poemas “Claroscuro saber” y “Me encontrarás”, aparecieron publicados en diciembre 2020, en la Primera Antología Internacional de Poesía Sabersinfin (Editorial Sabersinfin). Actualmente radica en la ciudad de Puebla, México. Su cita favorita: “Escribir es una forma de ser, estar y compartir”.
Conexión
Es tiempo de aquietar mi indómito ego,
contemplar consciente el nocturno cielo,
a fin de encontrar mi lugar en las estrellas.
Busco en mi absorta mirada el balance perdido,
unir dos polaridades para encontrar equilibrio
y fortalecer mi esencia con lo grato de la vida.
Mi consciencia se nutre de la gentileza del mundo
y mi alma taciturna se embellece al escribir poesía,
al plasmar mi cosmos en lo esotérico de las letras.
Me doy cuenta de que mi derrotero es sembrar arte,
buscar armonía entre lo mundano y lo espiritual,
descubrir la conexión que da sentido a mis sentidos.
Mi intuición emerge para observar con claridad,
toda distorsión, el desbalance, lo que no es justo,
y por ende reconozco de inmediato la equidad.
Naturaleza radiante
Nuestra mente ingrávida gira en un torbellino
de febriles pensamientos, pasados o futuros,
superpuestos por la frustración y el deseo.
En realidad, nunca estamos satisfechos con el éxito,
vivimos enfrascados en una competencia ególatra,
involucrados en efímeras proyecciones ilusorias.
Hay que disolver las partículas de la neurosis,
desplomar sin dilación los límites de uno mismo,
comprender simplemente, que la dualidad no existe.
Dejemos ir toda lucha que provoque expectativa
para descansar del persistente oleaje del intelecto,
y encontrar finalmente nuestra morada interior.
La conciencia universal reside dentro de nosotros,
luce pletórica de quietud y abrumadora claridad,
nos revela que su naturaleza es amor radiante.