Por Teodoro Rentería Arróyave
En la anterior entrega, contrito, pergeñé este epígrafe: “A la gran e histórica luchadora de izquierda, Ifigenia Martínez y Hernández, quien siendo presidenta de la Cámara de Diputados y después de entregar la banda presidencial a la primera presidenta, Claudia Sheinbaum Pardo, a la edad de 94 años emprendió el viaje al éter eterno. Reconocida, como se expresa, “por tirios y troyanos”. In memoriam.
Qué mejor homenaje en su honor y memoria que reproducir, hasta donde se sabe, el discurso que ya no pudo pronunciar por su debilitada salud esta gran mujer de la izquierda mexicana, en el acto solemne de toma de posesión de la primera presidenta de la República, en su calidad de presidenta de la Cámara de Diputados y en sesión solemne de Congreso General:
“Hoy nos encontramos aquí, en este recinto solemne de la democracia mexicana, como testigos de un momento que marca un antes y un después en nuestra historia: la toma de protesta de la doctora Claudia Sheinbaum Pardo como la primera mujer Presidenta de México.
Su llegada a la Presidencia es la culminación de una lucha que hemos atravesado generaciones enteras de mujeres, quienes con valentía desafiamos los límites de nuestros tiempos. Hoy, junto con ella, llegamos todas y abrimos paso a una nueva era.
Yo misma, que he recorrido tantas batallas por la democracia y la justicia, me siento profundamente honrada de presenciar este triunfo histórico. En 1969, formé parte de la Corriente Democrática de izquierda en México, una lucha que, junto a muchas y muchos, iniciamos con la firme convicción de que el cambio verdadero era posible.
Hoy, esas convicciones han rendido fruto. No solo tenemos una Presidenta, sino que se vislumbra un presente donde las mujeres participemos en condiciones de igualdad en la construcción de futuros posibles y deseables para nuestra patria. Ser parte de esta transmisión histórica del Poder Ejecutivo y entregar la banda presidencial a la primera presidenta es uno de los mayores honores de mi vida.
Agradezco profundamente la confianza de mis compañeras y compañeros legisladores para desempeñar este acto simbólico, que representa no solo un punto de inflexión en la historia, sino también el triunfo de nuestros valores: igualdad, justicia y democracia.
Hoy, las mujeres, junto a los hombres, estamos listas para continuar construyendo el país que soñamos. El de un México libre e igualitario. Un país donde el liderazgo femenino dejará de ser la excepción, para convertirse en norma.
Desde esta soberanía, le decimos que no está sola. Que la lucha por la justicia y por la igualdad es de todas y de todos. Y que no descansaremos hasta lograr una democracia plena, donde no haya distinción de género, clase o condición. Que nuestras diferencias no nos dividan, sino que sean la fuente de propuestas y de soluciones compartidas a los distintos retos que enfrentamos.
Hoy, más que nunca, necesitamos tender puentes entre todas las fuerzas políticas, dialogar sobre nuestras divergencias y construir, juntas y juntos, un país más justo y solidario.
Es tiempo de altura de miras. Es tiempo de construir nuevos horizontes y realidades. Es tiempo de mujeres. Sigamos dejando huella”.
Cómo no recordar a la madre adolorida, Rosario Ibarra de Piedra, por la desaparición forzada de su hijo, Jesús Piedra Ibarra, durante la ignominiosa “Guerra Sucia”, como la primera mujer en haber sido candidata a la Presidencia de la República en 1982 por el extinto Partido Revolucionario de los Trabajadores, PRT., aún recuerdo entre otras frases ofensivas aquella de que “se fuera a su lugar, al lavadero o a fregar platos”.
Ahora tenemos Presidenta; por cierto, que, bien que el actor, Rafael Inclán ofreciera disculpas a Claudia Sheinbaum: El actor explicó que la frase que pronunció era parte de su interpretación en la obra de teatro ‘La señora presidenta’. Inclán insistió en que no hubo ninguna intención de ofender a la mandataria ni a las amas de casa. En ese sentido, aseguró que, si sus palabras ofendieron a la presidenta Sheinbaum y a las amas de casa, se disculpaba sinceramente, destacando que en ningún momento se utilizó un lenguaje grosero o irrespetuoso.
En conclusión, como lo dejó para la historia la maestra, Ifigenia Martínez y Hernández, estamos ante un antes y un después, de un México libre e igualitario. Un país donde el liderazgo femenino dejará de ser la excepción, para convertirse en norma.
Periodista y escritor; presidente del Colegio Nacional de Licenciados en Periodismo, CONALIPE; secretario de Desarrollo Social de la Federación Latinoamericana de Periodistas, FELAP; presidente fundador y vitalicio honorario de la Federación de Asociaciones de Periodistas Mexicanos, FAPERMEX, miembro del Consejo Consultivo permanente del Club Primera Plana, Doctor Honoris Causa por la Universidad Internacional y Académico de Número de la Academia Nacional de Historia y Geografía, ANHG. Agradeceré sus comentarios y críticas en teodororenteriaa@gmail.com Nos escuchamos en las frecuencias en toda la República de Libertas Radio. Le invitamos a visitar: www.felap.info, www.ciap-felap.org, www.fapermex.org y el portal: irradianoticias.com