Por Teodoro Rentería Arróyave
La génesis de la seguridad privada se pierde en el tiempo, sin embargo, es de advertir que nada tiene que ver esta institución, con las llamadas “guardias blancas” que constituyeron algunos patrones para vigilar, ilegalmente a los obreros y más atrás en el tiempo para explotar en el maltrato al esclavo.
El desmesurado incremento de la delincuencia en el mundo ha planteado una problemática de suma gravedad, si tomamos en cuenta que lo primordial es el respeto a la integridad física de la población y su derecho a preservar sus bienes.
Prácticamente todos los gobiernos de todos los niveles y de todos los países se han visto superados en esa primordial función. De ahí surgió la necesidad de crear empresas de seguridad privada.
México por desgracia, sobre todo en este siglo XXI, los gobiernos federales, por políticas equívocas, no han podido ni siquiera controlar, menos abatir a la delincuencia organizada o desorganizada, han recurrido a sacar a las calles al Ejército y los resultados no son del todo halagüeños porque en verdad las fuerzas armadas tienen otro destino y otra vocación.
En vista de ello, no surge por generación espontánea la Seguridad Privada, sino por una necesidad inmediata y por la demanda creciente de la sociedad civil.
El Consejo Coordinador Empresarial, CCE, por voz de su presidente, Francisco Cervantes Díaz, ha tomado dos importantes y significativas decisiones en paralelo: que la organización “Agrupaciones de Seguridad Unidas por México, ASUME”, se convierta en la Cámara Nacional de la Industria de la Seguridad Privada, y apoyar e impulsar para que en este periodo ordinario de sesiones se logre la aprobación por parte del Congreso de la Unión la Ley General de Seguridad Privada.
“El tema de la seguridad es parte de la agenda crítica del Consejo Coordinador Empresarial, afirmó el dirigente para luego agregar: que cuentan con todo el apoyo en el sentido de que “tenemos que dignificar todo”, es decir que esas empresas que desean crear su Cámara de la industria del ramo cumplan con la capacitación, que cuiden en extremo los exámenes de confianza para así contar con cuerpos de calidad”.
“Estamos de acuerdo en todas las medidas que brinden certeza y solidez al Estado de Derecho”, por ello fue puntual al agregar que “una Ley General de Seguridad Privada es positiva para uniformar criterios a nivel nacional y de calidad para las empresas que brindan este servicio tan delicado”.
ASUME agrupa a las 32 asociaciones de seguridad privada más importantes del país; 80 por ciento de las empresas del país son usuarias de estos servicios especializados, en el que se invierte entre 5 y el 8 por ciento de su gasto operativo, lo cual ha llevado a esta industria a un acelerado crecimiento que hoy con 800 mil empleos significa el 2 por ciento del Producto Interno Bruto, PIB, a través de sus distintos sectores como alarmas, blindajes, profesionales de seguridad, directivos de la seguridad corporativa, tecnología, rastreo y otros.
Es evidente que la seguridad privada es un pilar muy relevante para la competitividad y el crecimiento nacional, por eso mismo es urgente darle certidumbre jurídica en su labor de proteger las inversiones, así contribuirá a la ansiada paz de nuestro país.
Periodista y escritor; presidente del Colegio Nacional de Licenciados en Periodismo, CONALIPE; secretario de Desarrollo Social de la Federación Latinoamericana de Periodistas, FELAP; presidente fundador y vitalicio honorario de la Federación de Asociaciones de Periodistas Mexicanos, FAPERMEX, miembro del Consejo Consultivo permanente del Club Primera Plana, Doctor Honoris Causa por la Universidad Internacional y Académico de Número de la Academia Nacional de Historia y Geografía, ANHG. Agradeceré sus comentarios y críticas en teodororenteriaa@gmail.com Nos escuchamos en las frecuencias en toda la República de Libertas Radio. Le invitamos a visitar: www.felap.info, www.ciap-felap.org, www.fapermex.org, y www.clubprimeraplana.org, y el portal irradia noticias.com