Por Teodoro Rentería Arróyave
Enterado que el excelso maestro, Víctor Manuel Conteras, había emprendido el viaje al eterno e insondable éter a las cinco horas de la víspera de este triste mes de mayo por mi hijo colega, Teodoro Raúl Rentería Villa, escribí a vuelo de pluma: “El Maestro, creador de la Paloma de la Paz, ya descansa en paz”. Su partida desde luego nos ha llenado de pesar, de aflicción a todo los que somos sus amigos, a sus familiares, así en presente, porque su magnífico legado lo hace imperecedero, sempiterno.
Con motivo de sendas invitaciones que nos hizo para degustar la tertulia, el pan, la sal y el vino, dedique dos Comentarios, que ahora los amalgamo para reiterar mi homenaje perenne.
El fechado el 17 enero de 2018 en Cuernavaca, Morelos, así se inicia: Esta entrega fue escrita el pasado jueves 11 al término de una tertulia comida con el eminente, exquisito, espiritual y naturista escultor, pintor y dibujante jalisciense, Víctor Manuel Contreras, en su casona de esta su amada capital de la eterna primavera cuyo símbolo es la obra monumental, “La Paloma de la Paz”, de su autoría, la primera obra de su naturaleza dedicada a la Paz, primer lugar por el Instituto Nacional de Bellas Artes.
Sin equívoco alguno, este fue un reencuentro de vida por varias razones, después de que el maestro Contreras nos hizo la invitación a través de Teodoro Raúl, la misma fue pospuesta varias veces, incluso por una delicada operación al maestro, seguramente porque su corazón es tan grande que tiende a salir de su cuerpo para entregarlo a la humanidad.
Los días finales del año próximo pasado y los primeros del naciente 2018, los pasamos en familia en la capital del estado de Morelos. Por esos secretos de la mente tan insondables, me vinieron recuerdos de visitas realizadas hace 40 años.
Esos recuerdos, también por los mismos misterios, se hicieron presentes en sueños. Fue imposible la reserva y los platique a Silvia, mi amor y al hijo: Me encontraba en diferentes ocasiones en una casona de piedra que se conjugaba con la exuberancia de la flora de esta envidiable región.
Al fin se cumplió la cita. Primero el portón de madera de la casona, que engarza relieves de bronce y fierro forjado, se abre a un pequeño pasillo, que por las obras en paredes y sobre una pequeña mesa, adivinas que es la morada de un gran artista.
Unas escaleras de madera te llevan a una especie de escenario donde se aloja un piano, es como entrar a un teatro a través de las bambalinas, bajas del mismo por los enormes escalones, ocho o diez, para llegar al otro escenario, este majestuoso y soberbio por sobrio en su elegancia. ¡Es la estancia de mis recuerdos y sueños!
Al tratar de hacer memoria, creía que esa casona era la de los ilustres hermanos Gutierre y Carletto Tibón, el primero fue director de los primeros dos tomos de la Enciclopedia de México, obra magna de otro gran jalisciense, José Rogelio Álvarez
La incógnita incoada por cuatro décadas se despejó para siempre, al abrirnos las puertas de su casa el maestro Víctor Manuel Contreras, después de los saludos, expresé emocionado: ‘Yo ya estuve en esta casa’. Fue en ocasión de mi pecadillo de juventud, cuando acepté ser director de Divulgación Presidencial; tiempos que nos llevaron a Cuernavaca y a la casa del autor de la “Paloma de la Paz”, también conocida como la “Escultura de la Paz”.
El autor describe así su obra: “Cuando tú llegas a Cuernavaca, la palomita se abre de alas, para acogerte en su seno. Y cuando te vas, es una gran semilla. Esto quiere decir que fecunda la paz en tu corazón; y en ese vuelo tan efímero que es la existencia, haces llegar esa paz a los demás. Así como para mí fue Cuernavaca al llegar, y lo sigue siendo”.
El entonces presidente, José López Portillo y Pacheco, expresó al conocer la obra del maestro Víctor Manuel Contreras: “Qué espiritualidad. ¡Cuánta belleza en tanta sencillez!”. Fue sin duda un reencuentro de vida.
La publicada el 1 de noviembre del mismo año, es la siguiente: El maestro Víctor Contreras es más que su obra emblemática y más popular, “La Paloma de la Paz”, que luce señera a la entrada o a la salida de la ciudad de Cuernavaca, capital del estado de Morelos, porque en verdad es un ser completo en toda la extensión del humanismo.
Escultor, pintor, dibujante y escritor; proezas de su sensibilidad artística, sin embargo, nos quedamos cortos sino resaltamos que todas sus obras son expresiones puras, reales de ese humanismo que le es propio y de su rebeldía innata a todo establishment, procedan de donde procedan.
A Víctor lo conocemos desde la década de los setenta, cuando la creación de su mencionada “Paloma de la Paz”, tuvieron que pasar más de tres décadas para que gracias al hijo, refrendáramos esos lazos que nos unen.
Este martes, último del mes de las lunas hermosas, disfrutamos una comida en su casona de la ciudad de “la eterna primavera”, que construyera para su madre, doña María Trinidad Contreras, pintora; su padre fue el médico, don Salvador Contreras Vázquez, de ellos heredó el arte y el amor al prójimo.
En la tertulia intercambiamos obras editoriales, la de él en francés, “Mistère et Verité -Misterio y Verdad-, la nuestra “Mi Vidas son Nuestras Batallas”. En la dedicatoria dijimos al maestro que “su arte nos sublima y nos hermana”
Y en verdad que estamos más que hermanados, ambos, hijos de médicos, de madres amorosas y sensibles al arte, la de Víctor pintora, mi madre egresada de la Escuela de Artes y Oficios de la calle de 5 de febrero que luego fue convertida hasta la fecha, en la Secundaria 7, donde estudié el segundo año de ese ciclo.
Ambos amamos a la vida, sin ponernos de acuerdo también parafraseamos al bardo nayarita Amado Nervo: “!Vida, nada me debes! ¡Vida, nada te debo! ¡Vida, estamos en Paz!”
Si todo lo anterior no fuera suficiente, resulta que nos hermana también la investidura del Doctorado Honoris Causa por la misma Universidad Internacional.
Es necesario, amables lectores y radioescuchas que hurguen en las enciclopedias, en las redes sociales, en el universo infinito del saber, para que conozcan la magnitud y la grandeza de este artista mexicano, rebelde, humanista y ciudadano del mundo, Víctor Contreras.
VICTOR MANUEL CONTRERAS, EL MAESTRO, CREADOR DE LA PALOMA DE LAPAZ, YA DESCANSA EN PAZ. A TODOS NOSOTROS NOS UNE UNA LÁGRIMA. IN MEMORIAM.
Periodista y escritor; presidente del Colegio Nacional de Licenciados en Periodismo, CONALIPE; secretario de Desarrollo Social de la Federación Latinoamericana de Periodistas, FELAP; presidente fundador y vitalicio honorario de la Federación de Asociaciones de Periodistas Mexicanos, FAPERMEX, miembro del Consejo Consultivo permanente del Club Primera Plana, Doctor Honoris Causa por la Universidad Internacional y Académico de Número de la Academia Nacional de Historia y Geografía, ANHG. Agradeceré sus comentarios y críticas en teodororenteriaa@gmail.com Nos escuchamos en las frecuencias en toda la República de Libertas Radio. Le invitamos a visitar: www.felap.info, www.ciap-felap.org, www.fapermex.org, y www.clubprimeraplana.org, y el portal irradia