Por Teodoro Rentería Arróyave
Carlos Fernando Ravelo y Galindo, el decano del periodismo del gremio organizado de México, a partir de este sábado 9 ya mora en el éter eterno. Deja una estela muy reconocida de reportero, columnista, directivo, escritor y comunicador social. Falleció a los 92 años y fungía como Tesorero del Consejo Directivo del Colegio Nacional de Licenciados en Periodismo, CONALIPE, del que fue fundador.
A continuación, el panegírico que difundió en su página oficial el CONALIPE de la autoría de su vicepresidente, maestro Teodoro Raúl Rentería Villa y la nota laudatoria, sintetizada por motivo de espacio y tiempo en nuestros medios, escrita por su hijo, abogado Jorge Ravelo Reyes con motivo de su titulación de licenciado en periodismo.
“A LOS 92 AÑOS FALLECIÓ EL PERIODISTA CARLOS RAVELO Y GALINDO
Autor de la columna En las Nubes, que se distribuía por los medios cibernéticos hasta principios de este 2022 cuando su hijo Jorge anunció el retiro de su padre, fue un permanente analista de la realidad del mundo.
Durante muchos años estuvo dentro de las definiciones en el diario Excélsior en los tiempos de la cooperativa e incursionó en la Comunicación Social al frente del área en la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Su paso en esos pasillos de la “justicia” lo llevó a escribir dos libros sobre lo que al interior del máximo tribunal se vive: “Hombres de Negro. Hombres Justos”, Editorial Club Primera Plana.
Se dio a la tarea de recopilar el compendio literario que se publicó en los albores de 1960: “Introducción a la gramática periodística”. Fue autor también del libro “Pláticas sobre Periodismo”, Editorial Club Primera Plana.
A los 83 años se tituló por Reconocimiento de Saberes Adquiridos como Licenciado en Periodismo; la Federación de Asociaciones de Periodistas Mexicanos, FAPERMEX, fue la institución evaluadora.
Precisamente con este motivo, Ravelo publicó su emoción en una semblanza que redactó su hijo Jorge que lo retrata de cuerpo entero”:
“Desde las Nubes. “Mi título”
“Me hubiera gustado escribir sobre la recepción de mi título de Licenciado en Periodismo, a mis 83 años de edad. Pero qué mejor que el tercero de mis cuatro hijos, el abogado Jorge, lo haya hecho antes que yo. Emocionado los invito a leerlo. Gracias.
El Presidente de la República Lic. Felipe Calderón acordó con el Secretario de Educación Pública Dr. José Ángel Córdoba meses atrás otorgar la Licenciatura en Periodismo a un distinguido grupo de periodistas que se han destacado por su intachable trayectoria, honorabilidad, probidad, profesionalismo y sobre todo valentía en el difícil ejercicio de su profesión.
Este reconocimiento que otorga el gobierno de la República a través del Presidente fue motivado por una esencial necesidad de reconocer a todos aquellos hombres dedicados a informar y forjar opiniones en este y otros países. La carrera de Periodismo no existía cuando mi papá, Don Carlos Fernando Ravelo y Galindo la empezó a amar, aprender y a ejercer. Motivo por el cual un dilecto grupo de periodistas que al paso del tiempo no les fue posible obtener su título porque no existía la carrera, originó que la Máxima autoridad de nuestro país les hiciera este reconocimiento.
Entre este muy pequeño grupo de periodistas se encuentra mi papá, Don Carlos Fernando Ravelo y Galindo, con apenas 83 años de vida, quien en todo momento acompañado en sus desvelos, angustias, tristezas, alegrías, gozos y que inalterablemente ha contado con la fuerza de una gran mujer, mi mamá, Doña Bertha Eugenia Reyes Estrada, quien desde hace casi sesenta años caminan juntos, los dos, de la mano y unidos eternamente en su amor y cariño, mi padre el Güero adorado, el ojitos verdes, el travieso o simplemente con el cariño de esposa, compañera infinita su Betty adorada, le sentenciaría muy seguido ¡Ravelo!
Ellos, mi Papá y mi Mamá dieron como el Angelito de la guarda, casa, vestido, sustento, seguridad a nosotros, sus cuatro hijos: Carlos Fernando, Luis Emilio, yo, Jorge Alberto y Arturo Javier. Nos darían los recursos espirituales y materiales para lograr nuestros sueños anhelos y concretar nuestro futuro que los cuatro, cada uno de nosotros, nos forjamos.
No miento al decir que los estudios de mi papá son sui generis por lo que destaco que Don Carlos cursó sus estudios de primaria, acabada dice él en el Colegio Cristóbal Colón, en la Militarizada de Tacubaya y un sinfín de otras instituciones académicas. La secundaria la acreditó con las siguientes asignaturas: aprendiz de herrero, encuadernador, chofer de camión de refrescos en Aguascalientes. La preparatoria; gasolinero, alberquero, farmacéutico, constructor, director de cine, y por último si no es que se le ocurre otra actividad, ayudante de reportero, reportero, periodista, hasta ahí con tan sólo 18 años.
Así pues, el periódico de la vida nacional, Excélsior, su periódico como él le dice, le abrió sus puertas un 4 de marzo de 1947, como ayudante, llevando y trayendo las “notas” de los reporteros a talleres de ahí, de leer empezó su vida en el oficio que hoy ya es su pasión, profesión y su vida.
Entrevistó a presidentes, desde Don Adolfo López Mateos, Gustavo Díaz Ordaz, Luis Echeverría, José López Portillo, Miguel de la Madrid Hurtado; y a artistas: Ana Bertha Lepe, Graciela Olmos (“La Bandida”) mujer que le cantó una canción al tiempo muy famosa; filósofos, y por qué no, también a delincuentes: Goyo Cárdenas, entre otros. Es decir, personajes distinguidos tanto para lo bueno como para lo malo. Reportear, diría él, las fugas del penal de Lecumberri, así como las llamadas Cortes Penales, las “cuerdas” de reos al penal de las Islas Marías, entrevistar a los presidentes de Rumania, Rusia, China, al monarca español, ministros franceses, de toda Sudamérica, y por supuesto a los del vecino país.
Amigo de Fidel y Raúl Castro, Octavio Paz, Carlos Fuentes, Méndez Arceo, Ibargüengoitia, su entrañable compadre Alberto Ramírez de Aguilar, con quien contrabandeo el primer sistema a color de Televisión a Estados Unidos, junto con su creador González Camarena, porque aquí en nuestro país le negaron la patente. Con Ramírez de Aguilar fue fundador del primer noticiero en la Televisión, titular de un programa de radio en la W, otro programa en canal 5, Jefe de información de la primera y segunda de Últimas Noticias, Director general de Comunicación Social de la Suprema Corte de Justicia de la Nación; en fin, muchos caminos recorridos. Cómo olvidar a sus cuates del periódico: Julio Scherer García, Don Hero Rodríguez Toro, Manuel Becerra Acosta y un sinfín de amigos colegas; y por qué no, discípulos.
Mañana 30 de noviembre a las 18:30, en algún lugar de esta ciudad, será reconocida esta trayectoria al entregarle su título y cédula profesional. Estaremos acompañando al Licenciado en Periodismo Carlos Fernando Ravelo y Galindo casi toda la familia.
Estarán también Don Teodoro Rentería Arroyave, mi hermano muy mayor y compadre de toda la vida del Lic. Ravelo y Galindo, Javier Martínez, Coco Ramírez de Aguilar, Raúl y Lupita Basurto, y en espíritu Guillermo y María Teresa, mis abuelos, Don Alejandro Gómez y Yola Cobián, los García Coronado, Daniel Bautista y cuantos amigos más que en este momento se escapan de mi mente.
Todo sería perfecto, pero no. Su Betty chula, el amor eterno de siempre, con quien forjó sus ilusiones, caminaron siempre juntos, los dos hacedores de profesionistas. Ella, mi mamá, en el invierno de su vida ilusionada por su “Güerito ojos verdes” su “Ravelo” no estará presente en este acto tan importante en la vida de ambos.
Pues bien, con todos estos disparos mentales, conceptos, datos y demás como le haré para decirle a Don Carlos Fernando y a Doña Betty lo que siento por ellos y poder hacer una crónica o un reportaje o no sé qué, mejor eso se lo dejo a mi papá; pero eso sí, ¡le gané la primicia de esta noticia al Licenciado en Periodismo Carlos Fernando Ravelo y Galindo. 29 de noviembre de 2012”.
El CONALIPE y la familia Rentería Villa se unen a la aflicción de sus hijos, en especial precisamente al licenciado Jorge Ravelo Reyes quien amoroso acompañó a su padre hasta su último aliento, a sus nietos, bisnietos, hermanos e incontables amigos. In memoriam.