CLIF OLIN. Lavandería interior

 

Tercera Antología Internacional de Poesía (Sabersinfin)

 

CLIFF OLIN. Es maestro bilingüe en las escuelas primarias de Los Ángeles, California. Ha publicado poemas en Sabersinfin.com y en la Segunda Antología  Internacional de Poesía Sabersinfin. Escribe cuentos, poemas y ensayos.   Es graduado en la Universidad de Evergreen, en Olympia, Washington.  Toca blues/jazz piano en la calle.   Toma clases de pintura y de poesía.   Vivió dos años en la Ciudad de México. Es ciclista muy dedicado.  Ha participado en marchas y manifestaciones abogando por los derechos humanos de los inmigrantes.

 

LAVANDERÍA INTERIOR

 

A la lavandería llegan con trapos sucios,

pero hay, siempre, algo más que depurar, la consciencia.

Las memorias, cargadas como una mochila pesada,

y cual culpa que al genio pica,

cuyo áspero zumbido el alma recrudece.

Para purificar, basta soltar los recuerdos,

medicina potente cual purga cerebral

que borra como torrente de lluvia

y sacude las polvorientas sábanas del interior.

 

En la lavandería, santo medicamento hay,

que cura vestimenta afligida y espíritus mugrientos,

porque la ropa sucia, con su recóndito pecado,

cual fiel reflejo del manchado ánimo,

las faltas de su dueño absorben,

y la lavadora, la espumosa sacerdotisa,

deja prendas y deslices expiados

y el ropaje sonriente y renovado.

 

 

ESFERA DE LUZ                                              

 

…Llegó como una preciosa esfera de luz.

Y yo sentado en una banca,

contemplando el universo vacío e insensible,

cual pozo existencial rocoso y congelado,

que ineludible soledad impone.

Y cual náufrago en una balsa,

aferrándome a un tenue hilo de cordura.

 

Cuando llegó una preciosa esfera de luz

un casi imperceptible movimiento,

una fantasma rociando mi cadera.

Con la suave y tierna caricia de palabras bien escritas.

Fue un curioso, amigable e intrépido felino,

saludando suavemente con pequeña nariz,

emanando abundante y genial alegría,

en penetrante y contagiosa mirada,

purificando aire largamente encerrado,

cual salpicada de agua en un día candente.

 

Pronto me trepa con esmero y cuidado,

en amistoso saludo entrega su vibra.

Y una risa irrumpe en dichosa tormenta,

apagando la sed de una larga sequía.

Regando alegría en campo del desierto,

fundando un deleitoso oasis,

de esperanza en campo baldío.

Llegó como una preciosa esfera de luz.