Victor de Regil
A pesar del legado de corrupción que dejó Claudia Rivera, la primera presidente municipal de izquierda, en su paso de la alcaldía de Puebla capital, estos últimos meses ha logrado posicionarse fuertemente en la lucha por la candidatura a la gubernatura por su partido, de manera incluso involuntaria.
Y es que, luego del involuntario y artificial alto conocimiento que los seguidores de la presidenciable Claudia Sheinbaum Pardo han proporcionado, con la promoción de la campaña #EsClaudia, a la ex alcaldesa de Puebla capital, Claudia Rivera Vivanco, una de las más referidas pero también más repudiadas cartas del Morena a la gubernatura, han cambiado de estrategia. Ahora, para que no haya confusiones e impulsar a la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, nos dicen: “Es Claudia, (pero) la de AMLO”.
Como hemos visto, desde mediados del año pasado, primero de manera incipiente y luego con intensidad, apareció en bardas y espectaculares la campaña #EsClaudia, con la silueta de Sheinbaum.
Todos la hemos visto. Se promocionó por todo el país y de todas las formas posibles por todos los rincones.
La intención inequívoca es posicionar más a la “favorita” para su triunfo en la encuesta que definirá el abanderado en 2024.
Sin embargo, esa estrategia de su equipo y sus seguidores tiene un muy grave defecto en nuestro Estado.
Aquí es muy conocida Claudia Rivera Vivanco, aunque lo es por los malos resultados que dejó como alcaldesa entre 2018 y 2021.
La imagen que tiene en la mayoría de los capitalinos poblanos es pésima.
Tiene incluso varios procesos administrativos y penales que solventar, por posible daño patrimonial.
Sin embargo, efectivamente, es conocida.
Y, como bien lo apuntó hace unos días el periodista Ricardo Morales en su columna “Serpientes y Escaleras”, se ha fortalecido, de modo colateral, de rebote e inmerecidamente, con la campaña de la presidenciable.
El #EsClaudia, sin gastar ni un peso, ha nutrido en conocimiento a Rivera Vivanco quien, sin duda, se encuentra más que agradecida por el favor involuntario que vienen con recursos de la Ciudad de México.
La más reciente encuesta de Buendía & Márquez, de principios de febrero pasado, muestra a Claudia Rivera con 21 puntos de conocimiento.
La segunda opción mejor posicionada de Morena. Quince puntos debajo de Alejandro Armenta. Y 10 arriba de Ignacio Mier.
La explicación que dan los expertos en las mediciones es que Rivera se ha beneficiado de la campaña de Sheinbaum.
Sólo así se entiende su alto nivel de conocimiento estatal.
Los estrategas y los seguidores de la jefa de Gobierno de la capital del país han sabido leer eso.
De ahí que, desde principios de abril, comenzaron en Puebla con una nueva campaña que pide el respaldo para #EsClaudia, pero no cualquier Claudia.
“#EsClaudia, la de AMLO”, es la nueva frase que aparece cada vez en más bardas por todo el estado.
Este golpe de timón en la campaña de Sheinbaum lleva el claro objetivo de no seguirle abonando a Rivera Vivanco.
En caso de que deba ser mujer la abanderada en Puebla, por la equidad de género en las 9 elecciones a gubernaturas que estarán en juego en 2024, a ningún presidenciable le conviene llevar como fórmula a la ex alcaldesa.
El desdén del equipo y seguidores de Sheinbaum hacia Rivera es evidente, con este cambio.
Se trata de ganar. Necesitan votos. No lastres.