Desde siempre, las personas buscan establecer un orden y agrupar los seres vivos y los objetos que las rodean según sus parecidos o características. Así sucedió también con las plantas, tema que sigue constantemente en investigación y desarrollo. Las primeras clasificaciones estuvieron basadas en los usos que los humanos les daban a las plantas: medicinales, textiles, comestibles, venenosas, etc.
En el año 350 a.C., Aristóteles dividió los seres vivos en dos reinos: animal y vegetal; y utilizó el término «especie» con el siguiente significado: «Un grupo de organismos de una clase particular, estrechamente relacionados, que pueden cruzarse y producir crías fértiles».
En el siglo XVIII, Linneo creó un sistema para los dos reinos, que agrupaba según las similitudes y diferencias y dividía en categorías y subcategorías. Hasta ese entonces, había solo tres categorías: especie, género y familia; Linneo y otros taxónomos (científicos dedicados a la clasificación botánica) añadieron otras.
En el año 1859, la aparición de El origen de las especies, la obra de Charles Darwin, da una base útil para clasificar, ya que los científicos comenzaron a incluir conceptos evolutivos en sus clasificaciones, y así ordenaron las plantas desde las más simples hasta las más evolucionadas.
¿Cómo se clasifican?
El reino vegetal comprende unas 350.000 especies, que se clasifican por su morfología, es decir, las características de sus frutos, flores, hojas, raíces y tallos. Lo que hacen los taxónomos es buscar similitudes entre las diferentes plantas y, de acuerdo con los resultados, ubicarlas en los diferentes taxones (categorías).
Se dividen en plantas vasculares o superiores, que son las más desarrolladas y cuentan con un sistema de conducción que transporta el agua y el alimento, y en plantas no vasculares, que carecen de estos vasos de conducción (como algas, musgos y líquenes).
Dentro de las plantas vasculares se encuentran las pteridófitas, que son las que no producen flores y se reproducen por esporas (como los helechos) y las espermatófitas, que son plantas que sí tienen flores y producen semillas. Este último grupo, a su vez, se divide en dos: angiospermas, cuyas semillas se encuentran dentro de un fruto, y las gimnospermas, cuyas semillas están al desnudo (como en las coníferas).
El grupo más grande de plantas es de las angiospermas -que abarca más de 200.000 especies- y se divide en dos grupos más: monocotiledóneas, que poseen un solo cotiledón -la hoja primaria en el embrión que está en la semilla- y dicotiledóneas, que tienen dos cotiledones.
Por la gran cantidad de especies que existen, fue necesario agruparlas en distintas categorías, cada categoría se llama taxón. Por orden de jerarquía, los taxones vegetales son: Reino/ División/ Clase/ Orden/ Familia/ Tribu/ Género/ Especie/ Variedad/ Forma.
En general, en libros y enciclopedias de plantas donde buscamos información, encontramos la clasificación de esta manera: familia, género, especie, variedad. Por ejemplo, familia: Berberidáceas; Berberis thunbergii ‘Atropurpurea’.
Categoría por categoría:
- Familia: Agrupa los géneros con caracteres comunes en la forma de la flor, la fecundación o la forma de la semilla. Dentro de todos los órdenes, son fáciles de identificar: tienen aspectos bien diferenciados, como las orquideáceas, bromeliáceas, leguminosas. En general, el nombre de la «familia» deriva de uno de los géneros del grupo y la terminación es «áceas», como berberidáceas. Sin embargo, hay excepciones, como las leguminosas, umbelíferas, crucíferas, labiadas, compuestas, entre otras.
- Género: Tienen características morfológicas similares, principalmente en sus piezas reproductivas, como flores, semillas o esporas en el caso de los helechos. El término se menciona con una palabra en latín y se escribe en mayúscula.
- Especie: Es lo más difícil de determinar. Una posible definición sería: individuos hermafroditas o unisexuales que tienen un aspecto externo similar que, interfecundándose, dan descendencia fértil. El término se escribe en minúscula, a continuación del género.
- Variedad: Son individuos muy parecidos entre sí, pero con características diferentes como la altura o el color de las hojas. El término se escribe con mayúscula y entre comillas simples.
La clasificación de las plantas es un tema complejo, fascinante y dinámico, ya que a medida que la tecnología avanza, se van descubriendo nuevas características que hace que muchas plantas se reclasifiquen en otras categorías.
Bibliografía: Parodi, Lorenzo, Enciclopedia argentina de agricultura y jardinería, tomo 1. Tercera edición, ampliada y actualizada por Milan J. Dimitri. Apuntes del curso a distancia dictado por el ingeniero agrónomo Germán Roitman.