-Todavía no es momento de bajar la guardia, las personas deben seguir con los protocolos de seguridad sanitaria, como es el uso de cubrebocas, la sana distancia y el uso de gel antibacterial y demás medidas de protección.
Aun cuando un buen número de personas han recibido la vacuna contra la Covid-19, aún no es momento de bajar la guardia, y sobre todo, que la gente debe estar consciente de que se puede contagiar en estos momentos de pandemia.
Si bien, el contar con este biológico, disminuyen el riesgo de padecer Covid-19 grave y de muerte, las personas deben saber que también pueden ser portadoras de este virus y contagiar a otras personas que incluso no hayan sido vacunadas, señaló Rocío Baños Lara, catedrática investigadora de la Facultad de Medicina de la UPAEP.
Asimismo, recomendó que se deben seguir con los protocolos sanitarios del uso del cubrebocas, la sana distancia y utilización del gel antibacterial en caso de que no puedan lavarse las manos con agua o jabón, pero es importante seguir con estas recomendaciones a 15 meses de la llegada de esta enfermedad a nuestro país.
Para conocer más al respecto, la Dra. Rocío Baños Lara y Paola Jurado Huerta, quien es estudiante de la licenciatura en Medicina de la UPAEP, actualmente desempeña actividades del Internado Médico de Pregrado en el ISSSTE Regional de Puebla. Jurado Huerta es becaria de investigación UPAEP, y trabaja bajo la dirección de la Dra. Rocío Baños Lara, quien además es directora del Centro de Investigación Oncológica, Una Nueva Esperanza-UPAEP, compartieron una serie de comentarios al respecto.
Beneficios de la vacunación contra el SARS-CoV-2
Se sabe que las vacunas contra el SARS-CoV-2 que hoy en día se aplican alrededor del mundo, disminuyen el riesgo de padecer COVID-19 grave y de muerte.
En el ámbito internacional, la primera vacuna autorizada para su uso por emergencia sanitaria fue Convidencia de la compañía Cansino; ésta se aplicó a los militares de China, el 25 de junio del 2020. Paulatinamente se han autorizado más vacunas, de modo que hasta este momento suman ocho vacunas autorizadas por emergencia (1).
Los individuos con más riesgo de padecer la forma grave de la COVID-19 y también con más riesgo de muerte, son aquellos que tienen alguna condición subyacente (comorbilidad), y los mayores de 65 años (2). Según el reporte semanal de morbilidad y mortalidad del Centro para el Control y la Detección de Enfermedades de los Estados Unidos de América, la incidencia de casos de COVID-19 durante abril-mayo de 2021, fue 66% más baja entre las personas de 65 años o más, comparada con la incidencia observada en noviembre-diciembre del 2020, justo antes de que las vacunas se aplicaran en aquel país. Además, las muertes registradas en pacientes de 65 o más, disminuyeron del 84 al 68% (3).
Este efecto en la reducción de casos y de fallecimientos por COVID-19 en los Estados Unidos de América, se ha alcanzado con el 43% de la población completamente vacunada (4). En México apenas el 12% de la población ha recibido esquemas completos de vacunación (4), sin embargo se anticipan efectos similares a los que se han observado en los Estados Unidos de América y en otros países, en cuanto a la reducción de casos nuevos, de severidad de la infección y de muertes.
Las vacunas proporcionan un tipo de inmunidad similar a la que se consigue cuando los individuos se recuperan de la infección por el SARS-CoV-2. Hasta este momento se sabe que la inmunidad natural, medida por anticuerpos de memoria, permanece hasta por ocho meses (5).
Por otra parte, los resultados de encuestas serológicas para conocer la presencia de anticuerpos en la población mexicana, como consecuencia de la COVID-19, revelan que para finales del 2020, el 25% de la población ya tenía anticuerpos contra el virus (6).
Considerando la inmunidad por la infección, más la inmunidad obtenida por la vacunación, pudiera pensarse que México está en camino de alcanzar la inmunidad de rebaño contra el SARS-CoV-2, que se ha establecido del 67% (7).
Además del evidente impacto a la salud, la inmunidad poblacional trae importantes beneficios en diferentes ámbitos: economía, educación, ambiente, y social (8), todos estos afectados fuertemente por la pandemia causada por el ya no tan nuevo SARS-CoV-2.
Paola Jurado Huerta es estudiante de la licenciatura en Medicina en la UPAEP, actualmente desempeña actividades del Internado Médico de Pregrado en el ISSSTE Regional de Puebla. Jurado Huerta es becaria de investigación UPAEP, y trabaja bajo la dirección de la Dra. Baños Lara.
*Ma. del Rocío Baños-Lara es Química-Farmacobióloga por la BUAP, Maestra en Ciencias Microbiológicas por la BUAP, y Doctora en Ciencias Bioquímicas por la UNAM. Actualmente es profesora-investigadora en UPAEP y es directora del Centro de Investigación Oncológica Una Nueva Esperanza-UPAEP. Pertenece al Sistema Nacional de Investigadores del Conacyt (Nivel I), y es miembro de la Sociedad Mexicana de Virología y de la Sociedad Americana de Virología.