Ayotzinapa a más de cinco años del genocidio

Prólogo Político

 

Por Álvaro Cepeda Neri

 

I.- Los trágicos sucesos que derivaron en los crímenes de los estudiantes de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos –mejor conocida como Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, ha resultado ser una investigación interminable; la que ahora nuevamente ha empezado, y que aparentemente lleva visos de encaminarse a solucionar el terrible enredo en que lo convirtieron mandos anteriores para encubrir a los responsables. Varios de ellos en el peñismo y no pocos funcionarios, policías y hasta militares guerrerenses que cubrió con su manto el gobierno federal de Enrique Peña Nieto, con su entonces procurador Murillo Káram enarbolando su verdad pseudo-histórica. Es claro que ellos supieron lo que sucedió la noche en que 43 estudiantes, ejerciendo su derecho a protestar, indudablemente fueron sitiados, encarcelados y asesinados, en un acto de barbarie que sigue atormentando a la conciencia nacional. Como hayan sido eliminados, lo cierto es que fue un brutal abuso del poder estatal y federal, que no debe quedar en la impunidad.

II.- Y es que hubo una premeditada acción homicida por parte de los gobernantes que, como siguen vivos, deben ser investigados para deslindarles responsabilidades; y una vez comprobada su participación, encarcelarlos y demandarles las sanciones económicas suficientes para que paguen los daños con sus fortunas mal habidas. En lo fundamental, la investigación llamada “verdad histórica” persiste más o menos sin mayores descréditos, ya que desde entonces sabemos que los de Ayotzinapa fueron entregados a los integrantes de un cártel y que estos al servicio de politiquillos, los asesinaron y repartieron sus restos para despistar. Lo que ahora hace el lópezobradorismo es profundizar aquello y dar nuevos datos que sí pueden llegar al peñismo y sus cómplices. Pero a casi seis años del hecho, todavía faltan las conclusiones que permitan fincar responsabilidades penales a funcionarios municipales, estatales y federales que de una u otra forma tomaron parte en tan macabro suceso.

III.- Así como a quienes los encubrieron o no quisieron llegar hasta las últimas consecuencias. Los nuevos hallazgos han sido pocos, con todo y que recientemente encontraron un hueso que perteneció a uno de esos estudiantes. Torturados, asesinados e incinerados los 43 de Ayotzinapa, es preciso que se rebele cómo sucedió. Y sancionar a los responsable directos. Es lo que está en cuestión. Solo eso interesa: que sepamos la verdad con otra verdad, prehistórica, “histórica” y/o poshistórica. Y que éste, como los hechos sangrientos que privan de la vida, secuestros, desapariciones, feminicidios, etc., no permanezcan en el olvido ni sin resolver. Máxime que en este drama participaron delincuentes de la droga, elementos policiaco-militares y funcionarios de diversos rangos, a quienes se debe poner entre la espada de la justicia y la pared de todas las demás consecuencias. La lucha de los padres de esos jóvenes y el pueblo mexicano que han estado reclamando la verdad a secas, merecen una pronta revelación y no tener que esperar otro sexenio.

 

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