ATILIO ALBERTO PERALTA MERINO. Reencuentro en un viejo libro

 

Por: Atilio Alberto Peralta Merino

 

Antes de que los sismos de septiembre del 85 hirieran el alma misma de la Ciudad de México, el escritor Luis Guillermo Piazza solía asistir por las tardes al café “ Kontori” que se ubicaba en la Calle de Niza en la Colonia Juárez.

Asentado entre nosotros después de haber cursado estudios en los Estados Unidos y de haberse desempeñado como consultor en Derecho Interamericano en la entonces joven Organización de Estados Americanos, Piazza se dio a la observación de la vida de aquel país, así como a la lectura asidua de la historia y la literatura de la América anglosajona, derivado de lo cual, publicó hace 60 años un ensayo de enorme relevancia, en el que se contiene en fruto de sus reflexiones: “EL PAÍS MÁS VIEJO DEL MUNDO”.

En aquellos lejanos días, en las que en alguna tarde veraniega me tomaba el atrevimiento de acercarme a su mesa de tertulia de café para disfrutar de su charla, la presentación a su vista, por parte mía, de un libro que para entonces estaba ya desde hace muchos años fuera de circulación en las librerías del país, le conmovería en grado sumo, resultándole tal situación por demás evocadora y entrañable.

La revisión de los clásicos de la Nueva Inglaterra como Nathaniel Hawthorne con el estrujante relato puritano contenido en “La Letra Escarlata” , hasta llegar a las figuras emblemáticas del Hollywood de los primeros días con Chaplin y Dolores del Rio, pasando por los hombres que plasmaron el acontecer de la “Guerra Civil” en obras como “La Cabaña del Tío Tom”, llevó al autor a confirmar la aseveración hecha por Karl Marx en la segunda mitad del siglo XIX, el sentido de que: “si el norte gana en la contienda civil de los Estados Unidos, aquel será el país que habrá de desenvolver los derroteros del porvenir”.

Estados Unidos en “el país más viejo del mundo ,- dice en su ensayo Piazza citando a Gertrude Stein- porque por los métodos de la Guerra Civil y las concepciones comerciales que siguieron, América creo el siglo XX, y ya que todos los demás países viven o comienzan a vivir un siglo XX de vida, habiendo comenzado América la creación del siglo XX en los setenta del siglo XIX, es ahora el país más viejo del mundo”.

En el momento presente, las elecciones primarias se encuentran en marcha y habrán de desembocar en los comicios generales de noviembre en los que se renovarán los poderes de la unión, campañas que se desenvuelven en medio de procedimientos judiciales que cuestionan la elegibilidad de un aspirante por una parte, así como de acusaciones legislativas que acusan eventuales responsabilidades oficiales por los presuntos actos de encubrimiento en actos de corrupción atribuidos a familiares cercanos de otro.

En una de las obras clásicas de la literatura política de todos los tiempos: “El Gobierno Federal de los Estados Unidos”, deja asentado Wodrow Wilson que, habría correspondido al General Adrew Jakson promover durante su mandato presidencial la adopción de la enmienda que establece que la elección del Presidente y Vicepresidente habría de llevarse a cabo mediante fórmulas designadas por las respectivas convenciones partidarias de las fuerzas nacionales contendientes en los comicios.

La institución de las convenciones nacionales y de la designación en fórmula para la presidencia y vicepresidencia de los Estados Unidos, queda fijada desde entonces en la legislación secundaria expedida por el Congreso en la materia, sin que la misma hubiese sido desestimada por fallo alguno de la Suprema Corte de Washington, pese al texto expreso de la decimosegunda enmienda que en lo conducente establece:

“ Los electores se reunirán en sus respectivos Estados y votarán mediante cédulas para Presidente y Vicepresidente, uno de los cuales, cuando menos, no deberá ser habitante del mismo Estado que ellos; en sus cédulas indicarán la persona a favor de la cual votas para Presidente y en cédula diferente la persona que eligen para Vicepresidente, y formarán listas separadas”.

Andrew Jackson logró en su momento, durante los años treinta del siglo XIX, encausar las rispideces de la vida institucional, mediante la adopción de un gran acuerdo establecido entre las fuerzas en disputa, que actuaban en el seno de la sociedad norteamericana.

Las actuales instituciones electorales de los Estados Unidos, quedaron, por su parte, plenamente delineada en lo esencial, al expedirse la legislación formulada al respecto tras el escándalo de “Watergate”, tal y como quedó referido para la posterioridad en el libro de Karl Bernstein y Bob Wodward : “ TODOS LOS HOMBRES DEL PRESEDENTE”, llevado al cine bajo la dirección escénica de Alan J. Pakula ; así como con las modificaciones respectivas a la misma, derivadas de la revisión judicial conducente, contenida en el fallo 424 U.S. 1° de 1974 de la Corte de Apelaciones del Distrito de Columbia ,conocido bajo el rubro “Burkley Vs Valeo”.

Edward S. Crowin, formidable constitucionalista norteamericano del siglo XX, señala en su libro : LIBERTAD Y GOBIERNO” : “Cunado la Suprema Corte de los Estados Unidos declara “nula” una resolución del Congreso, ello, ordinariamente significa no válida “ab initio”, porque está más allá del poder del Congreso de sancionar, y eso por lo tanto significa que el Tribunal en general, podría adoptar una actitud parecida acerca de una ley ulterior del mismo tenor”, en tal tesitura, por ejemplo, La Corte desetimó la disposición que permitía representación a las cámaras del congreso en la “comisión electoral” , lo que ha venido siendo acatado por el Congreso y las legislaturas locales desde la expedición del fallo “Burkley Vs Valeo”.

No obstante, teniendo en cuenta la enorme confrontación que las elecciones primarias en marcha en la Unión Americana habrán de traer aparejadas, cabe rememorar la reflexión ante la obra del propio Crowin, plasmada por el presidente de la corte de Nueva Jersey Erthur V. Vanderblit citando a Oliver Weldel Holms : “Una palabra no es un cristal transparente e inmutable, es la epidermis de un pensamiento vivo y puede variar enormemente en valor y contenido de acuerdo a las circunstancias y al tiempo en que se usan”.

¿Qué prueba de fuego habrán de afrontar en la presente contienda las disposiciones vigentes en materia electoral a partir del escándalo del “Watergate”?¿Cambiará acaso el color de la epidermis de las palabras que nutren la vida institucional de los Estados Unidos?¿Que anuncian las eventuales transformaciones electorales en marcha en “EL PAÍS MÁS VIEJO DEL MUNDO” para el resto del planeta y para nuestro país en lo particular en donde también habremos de renovar poderes públicos durante el presente año?

En la Universidad de su natal Córdova , cuna de uno de los movimientos sociales más significativos del siglo XX en la América de habla española, Luis Guillermo Piazza comenzó una sólida formación en materia jurídica y política que acrecentaría en cursos de alto nivel en las universidades de los Estados Unidos y posteriormente en la vida cultural de nuestro país en el que decidió asentarse, no obstante, lo que resulta por demás interesante y evocador, al menos para mí en lo personal, fue la visión de gran artista con lo que podía afrontar tales circunstancias charlando sobre John Dos Passos o sobre Herman Melville con un joven impertinente con el que “se reencontraba en un viejo libro”, como lo dejara plasmado en una dedicatoria por demás emotiva.
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