Victor de regil
Aunque parece que se trata de una virtud, es necesario que exista una extrema pulcritud es la que deberán tener los aspirantes, de todos los partidos y a todos los cargos, quienes, con o sin puesto público o de representación popular, busquen el contacto directo con la gente, para obtener mayor conocimiento y reflectores.
Y es que, recientemente, el TEPJF ha reiterado que los derechos políticos de los servidores públicos y los legisladores se mantienen a salvo, bajo ciertas condiciones, como no hacer proselitismo en sus horarios y días laborales y está por supuesto prohibidísima la utilización de recursos públicos de toda índole. El grave problema es que la línea es tan delgada y tan filosa, que más de uno, seguramente, se cortará en sus intentos de transgredirla.
La reflexión viene a cuenta del llamado o permiso del presidente del Partido Acción Nacional (PAN), Marko Cortés Mendoza, para que el alcalde de Puebla capital, Eduardo Rivera Pérez, recorra el estado.
Precisamente, el lado flaco de Rivera Pérez se ubica en su poco conocimiento en el interior del estado.
En tanto que su lado fuerte está en la zona metropolitana, que concentra alrededor de 40 por ciento del voto total del estado, que tiene una Lista Nominal de poco más de 4.7 millones de potenciales votantes.
El gobernador Miguel Barbosa advirtió que la reunión panista que se celebró hace unos días, en la que el presidente del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) panista destapó al alcalde capitalino, fue un acto anticipado de campaña.
Pero el malestar del gobernador no es únicamente por el PAN, sino por todos, incluidos los de casa, que pueden ocasionar descontrol.
Pero ciertamente esta advertencia no solo fue para los suspirantes de la oposición, sino también a los de “casa”, porque también para los aspirantes de su gabinete es la advertencia de respetar los tiempos que han sido marcados por la autoridad electoral.
Que decir del reciente evento de destape de Nacho Mier en San Pedro Cholula, el cual lo disfrazó con el pretexto de su “informe legislativo” pero que, al final, fue realizado para mostrar sus aspiraciones personales, cosa que no le gustó a los morenistas, incluyendo al propio gobernador Barosa.
En el caso de los legisladores que tiene alguna aspiración para 2024, las cosas son diferentes y hasta ventajosas, en relación con los servidores públicos.
La Constitución General de los Estados Unidos Mexicanos, en su Artículo 108, no considera a los legisladores, estrictamente, como servidores públicos.
Esa laguna les permite exenciones de facto, en su comportamiento para estos casos.
Por ejemplo: no hay una obligación legal expresa para que los diputados y diputadas, locales o federales, y los senadores soliciten licencia para buscar otro cargo de elección.
Lo hacen porque de otro modo es escandaloso.
Es por apariencia, no por prohibición normativa.
Los tiempos y las prisas tan adelantadas, sin embargo, en todos los partidos, nos tienen hoy en este brete.
¿Quién sí, quién no, cómo, dónde, a qué hora y qué días?
Será complicado, aunque no imposible, que los aspirantes cumplan a cabalidad con las normas electorales federal, Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales (Legipe), y local, Código de Instituciones y Procesos Electorales del Estado de Puebla (Coipep), a las que se deben de sujetar todos.
Los pasos de todos estarán muy vigilados.
Unos denunciarán a los otros.
Así serán los próximos 15 meses, hasta el arranque formal del Proceso Electoral Concurrente 2023-2024.
Muchos tendrán que aprender a ser trapecistas.