Asisten 150 mil personas a la XXXI Procesión de Viernes Santo

La Procesión del Viernes Santo es un recordatorio de la importancia de la oración, la vida sacramental, las buenas obras y la penitencia.

Con la participación de más de 150 mil personas se realizó por las calles del Centro Histórico de Puebla la XXXI Procesión de Viernes Santo, una celebración anual que nos habla de los misterios de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo. La celebración comenzó con la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén el domingo pasado, seguido de la Misa Crismal, el Martes Santo, en la que se consagraron los santos óleos y el Santo Crisma.

El día de ayer, los fieles realizaron el tradicional lavatorio de los pies a doce ancianos de un asilo de Santa Inés. Por la noche, se llevó a cabo la procesión del Vía Crucis, que comenzó desde el miércoles de Ceniza y el recorrido de los santuarios de algún Cristo sufriente en alguno de los ocho viernes cuaresmales, expresó Mons. Víctor Sánchez Espinosa, Arzobispo de Puebla al inicio de la XXI Procesión de Viernes Santo.

Comentó que los ocho viernes cuaresmales y penitenciales fueron seguidos por los dos grandes viernes del año, viernes de Dolores y el Viernes Santo, en el que los fieles acompañaron a la Santísima Virgen María en sus dolores y a Jesús en su camino de la cruz, respectivamente.

Dijo, “el mensaje de la celebración es que Cristo sufrió por nuestros pecados, pero fue resucitado y vive en medio de su Iglesia. La Procesión del Viernes Santo es un recordatorio de la importancia de la oración, la vida sacramental, las buenas obras y la penitencia. Los fieles reconocen su condición de pecadores y piden la intercesión de Santa María siempre Virgen, los ángeles y los santos para obtener el perdón de sus pecados y la vida eterna”.

Más de 150 mil personas acompañaron a la Santa imagen del Niño Doctor de Tepeaca; la Virgen de la Soledad; la imagen de Jesús Nazareno de las tres caídas de Analco; Jesús de la Misericordia, imagen peregrina que tiene el Centro Internacional de Difusión de la Divina Misericordia; la Virgen de los Dolores del templo del Carmen y las imágenes de Jesús Nazareno del templo de San José y el Señor de las Maravillas, ambas porteadas por integrantes de la Cofradía de los hermanos Nazarenos; por tercera ocasión se ha traído desde el santuario de Tepeaca al Niño Doctor, Salud de los Enfermos.

La Procesión del Viernes Santo es un recordatorio de la importancia de la oración, la vida sacramental, las buenas obras y la penitencia. Los fieles reconocen su condición de pecadores y piden la intercesión de Santa María siempre Virgen, los ángeles y los santos para obtener el perdón de sus pecados y la vida eterna.

Miles de personas se reunieron en las calles de la ciudad de Puebla para acompañar las imágenes religiosas en la tradicional Procesión de Viernes Santo. Con gran devoción y fe, los fieles caminaron junto a las imágenes de Jesús en su vía crucis por las calles de la ciudad.

En la XXXI Procesión de Viernes Santo, se contó con la participación del gobernador de Puebla, Sergio Salomón Céspedes Peregrina, quien estuvo acompañado por su esposa, Gabriela Bonilla; también asistió Eduardo Rivera Pérez, Presidente Municipal de Puebla acompañado de su esposa Liliana Ortiz; así como el Dr. Emilio José Baños Ardavín, rector de la UPAEP.

El Arzobispo de Puebla agradeció al Comité Organizador de la Procesión, al Gobierno del Estado y a los Gobiernos Municipales de Puebla y Tepeaca, por su apoyo en la realización de esta tradicional procesión que es de gran importancia para la comunidad religiosa, además, agradeció también a todos los que participaron en la Procesión de Viernes Santo, a las cofradías y fraternidades; del Santo Niño Doctor, de los Nazarenos, la cofradía de la Virgen de la Soledad, a la Fraternidad de la Virgen de los Dolores; la cofradía del Centro Internacional de Difusión del Señor de la Divina Misericordia y la Hermandad de Porteadores de Analco, a todas las instituciones participantes, a la UPAEP con todos sus departamentos, a los laicos, al Codal, a los Scouts de Puebla, a todos los medios de comunicación, a los equipos de apoyo del gobierno municipal de Puebla, al equipo de bomberos, la Cruz Roja y a todos los que participaron en la Procesión de Viernes Santo.

La procesión terminó en la Catedral de Puebla, donde se llevaron a cabo los oficios propios litúrgicos del Viernes Santo. Los fieles recordaron que este día y el día de mañana son días de luto, sin celebración eucarística, para luego esperar la madrugada del domingo para celebrar la resurrección de Jesús.

La Procesión de Viernes Santo es una de las tradiciones religiosas más importantes en Puebla y es un momento de gran devoción para la comunidad católica.