Son varios y grandes problemas que enfrentará el gobernador electo, Alejandro Armenta, el próximo 15 de diciembre que entre en funciones y que tendrá que enfrentar desde el primer minuto de su gobierno. Y es que, sin el ánimo de ser alarmistas, los retos que tienen enfrente son de dimensiones pocas veces vistas.
Sin duda, el primer problema que tendrá que enfrentar Armenta es el de la inseguridad, el cual se ha agudizado en Puebla, durante las últimas administraciones, sin perder de vista que fue la administración de Miguel Barbosa y específicamente su entonces secretario de seguridad, Raciel López Salazar, quien abrió las puertas para la instalación del cártel de Jalisco la Nueva Generación en la entidad.
Será un reto de proporciones nunca antes vistas el de lograr de frenar la ola de violencia que ha vivido Puebla en este 2024, la cual incluye el asesinato de algunos candidatos a puestos de elección popular y también a autoridades recién electas y que ha alcanzado a la capital y la zona metropolitana.
Prueba de lo anterior, es lo que sucedió en días recientes donde aparecieron mantas en la autopista México-Puebla, a la altura de san Martín Texmelucan, pidiéndole al gobernador Céspedes y al nuevo entrante, Armenta, poner fin a la inseguridad en esta zona y a las extorsiones por parte de la policía municipal de este lugar, pero no es el único municipio en estas condiciones, Tehuacán está también hundido en una ola de violencia y abandono pocas veces vista.
Pero si el tema de la seguridad es complejo e importante, no es menor otra de las bombas que en cualquier momento podrían estallar. Nos referimos a la falta de agua potable en esta región, en donde se asienta el mayor número de población, más de dos millones de habitantes y en donde la escasez del vital líquido ya es una realidad.
En la zona metropolitana, la demanda es cada día más grande y los mantos acuíferos, sobre todo en la ciudad capital, están cada vez más agotados. Desde hace tiempo, se advirtió que en 2024 Puebla podría enfrentar una crisis hídrica de dimensiones pocas veces vista, lo cual ya es evidente.
San Pedro y San Andrés Cholula en donde antes abundaba el vital líquido, también se han secado y amenazan con ya no poder satisfacer la demanda de su población y ya ni que decir de Cuautlancingo y Amozoc, dos municipios en donde desde hace tiempo, ya no hay agua.
El reto para las nuevas autoridades es enorme, por lo que, si no hay un trabajo coordinado y en conjunto entre gobierno, municipios y la concesionaria, Agua de Puebla, la crisis puede dañar a la entidad, más de lo que ya ocurrió en este año, en donde es evidente que el cambio climático ya es una realidad en el estado.
Es un hecho que se deben de buscar y de invertir en nuevas fuentes de abastecimiento para la Angelópolis y toda la zona conurbada, la última data del año de 1995, cuando se puso en marcha el proyecto Nealtican, cuyo acueducto traslada miles de litros de agua a la capital, proveniente de los escurrimientos del volcán Popocatépetl, pero ya es insuficiente.
El tercer reto que tendrá Armenta los primeros días, será sin duda también el de la basura. Actualmente, el relleno sanitario de Chiltepeque el cual data también de hace 30 años, está llegando a su límite de capacidad y a esto se le debe de agregar que actualmente, también está recibiendo los desechos de los municipios conurbados a la capital como san Pedro y San Andrés Cholula debido al cierre del confinamiento regional que se ubicaba en el territorio de Calpan.
Se necesita pues, un relleno sanitario más para Puebla capital como medida de previsión a futuro y también, el ubicar un nuevo sitio para la instalación de un relleno sanitario intermunicipal como ya lo dijo el gobernador, Sergio Salomón, para satisfacer las necesidades de los municipios de la zona conurbada.
De verdad, vaya reto que tiene por delante las nuevas autoridades que están ya por entrar en funciones.