Amely Duvauchelle. Tercera Antología Internacional de Poesía (Sabersinfin)

 

AMELY DUVAUCHELLE. Chilena, residente en España. Es vocal de Cultura de la Cámara Hispano-chilena, embajadora de «Chile País de Poetas», técnico editorial, gestora cultural, animadora y coordinadora de eventos culturales, poeta y novelista. Su novela de mitología griega Al borde del Olimpo obtuvo primer lugar internacional de narrativa. Distinción del gobierno de Chile en 2018 por su trayectoria literaria y aporte a la cultura chilena en el exterior. Unos versos de ella decoran una céntrica calle de Madrid en “Versos al paso”. Coordinadora y editora de la antología Puente de Poesía junto con la asociación chilena Sembrar Poesía donde participaron 25 poetas españoles y 25 poetas chilenos.

 

Adiós y perdona

 

En el centro del mundo me encuentro hoy.

Pisando los lados de un extraño vaivén.

Este pedazo de tierra me mueve despacio.

Con sus hierbas húmedas.

Como unos abrazos eleva mis pies.

Mi tiempo de fin llegará muy pronto, lo presiento y lo sé.

Avanza discreta una espesa niebla

sobre lo que queda, sobre lo que fui.

Esa fuerza enorme tomará mis hombros

para dejar aquí solo mi ausencia.

Percibo desde las alturas todo lo que antes

estando tan cerca, yo nunca vi.

En mi trayecto pausado voy mirando alegre

a aquel que un día no le sonreí.

Levanto a otro dentro de mi mente,

que por ir deprisa le dejé caer.

Decaída observo a quien no le di parte de mi tiempo,

o por dejadez no le perdoné.

Sigo caminando y levito lento.

Subo poco a poco. Esta paz me gusta,

me empuja y me asciende.

En un zigzagueo, una y otra vez.

El campanear del viento avisa a su paso al planeta y a ti.

Que el huracán de muerte ya está preparado,

ya viene por mí.

Cubrirá en segundos mis extremidades,

y me transportará.

Y estos pensamientos se desvanecerán

a un vapor lejano de fieles silencios.

El remolino de aire enreda mis cabellos,

descontrola mi débil esqueleto.

Me voy extinguiendo, queda mi vacío.

¡Amor, eterno mío, estoy sintiendo miedo!

Voy llegando al cielo, veo cómo lloras, por lo que fui,

por lo que pretendí ser, por lo que no fue.

Lo siento… ya no soy ni existo, no te haré más sufrir.

 

Te veo desde arriba, estás junto a mí, te llevo conmigo,

te vas en mi mente.

Siento desconsuelo…

La nube negra se ha tornado gris.

Adiós y perdona, ¡jamás supe quererte!

 

 

Como una serpiente

 

No te acerques hoy. No me muerda más tu venenoso miedo.

Te arrastras por la tierra muda, vas dejando huella en llano desierto.

Como una serpiente musitando dudas, mascullando celos.

Cura tu conciencia e inseguridades. Te estaré esperando,

y recuerda que yo no soy perfecta.

De esta otra orilla, de fértil oasis, contigo de frente

elevo mis manos en señal de ofrenda.

Con mi verdad en alto, como un escudo, intento explicarte

que solo a ti te amo. Creas o no creas.